Masters de Augusta
Scottie Scheffler se postula para su primer grande y lo hace como número uno del mundo
Jon Rahm se hunde y Sergio García sigue lejos del liderato

Cuesta recordar rachas tan inspiradas como la de este jugador norteamericano. Cuando el pasado mes de febrero ganó su primer trofeo en el PGA Tour ya llevaba acumuladas 72 comparecencias sin éxito. Sin embargo, con el Phoenix Open abrió el tarro de las esencias y añadió tres títulos más en cuatro torneos. Semejantes resultados le valieron el número uno del mundo, a costa de nuestro Jon Rahm , y llegar a la cita con el primer grande del año en un magnífico momento de forma. Para la última ronda cuenta con una renta de tres golpes sobre su inmediato perseguidor, Cameron Smith, tras las tres primeras rondas en números rojos.
Los españoles que quedaron en el Augusta National para el fin de semana no lograron cuajar una ronda que les diera esperanzas de subir puestos en la clasificación. Un viento cambiante se cobró más golpes de la cuenta en la tarjeta de Sergio García , aunque también reconoció que no estuvo al nivel de los días previos: «He metido bastantes putts muy buenos, pero obviamente hay algunos que se fallan. Hoy no le he pegado mal, aunque no lo haya hecho tan bien como otros días. Al principio hemos tenido un par de golpes fortuna que hemos aprovechado, pero luego en los nueve segundos ha sido justo al revés y me han costado varios golpes… pero es lo que es y hay que seguir».
El jugador de Borriol elogió el juego del sólido líder del torneo, así como su gran momento de juego: « Scheffler es buena gente , obviamente muy buen jugador… hasta este año le había costado mucho ganar, con muchos segundos puestos. Obviamente el nuevo caddy que le lleva la bolsa, que era de Bubba y que ha ganado dos chaquetas aquí, le ha venido también muy bien… ha cogido mucha confianza y lleva un año muy bueno pero, sobre todo, dos meses increíbles».
Para Jon Rahm, que llegaba a esta cita con varios records grabados en oro en los registros del Masters, firmó lamentablemente su peor tarjeta en Augusta. Con 77 golpes para un total de +7, su cara habría sido un poema si no es por un sorprendente birdie en el 18 que ni él mismo sabe de dónde salió: «Mi cara al terminar el 18 ha sido más de incredulidad que de alivio… -afirmó el de Barrica-, pues ha sido el putt que peor he tirado en todo el día y es el que ha entrado por todo el centro… Es un poco la dinámica de todo el día, porque mira que los primeros 14 hoyos he jugado bien… pero las cosas no salían . Ha habido un par de ráfagas de viento que me han costado bastante y aún así he tenido miles de oportunidades para mantenerme ahí, porque en el tee del 14 iba +1. Y eso que había fallado los putts del 13, del 12, del 10, del 9, del 8, del 6, del 5 y el del 3… todos «metibles»; no es que los vayas a meter todos, pero si hubieran entrado un par de ellos habrían cambiado mucho las cosas. Al final han sido malos swings que me han fastidiado la vuelta».
Jon Rahm hizo un balance honesto de su situación en el torneo, aunque renuncia a dar la mejor versión de sí mismo: «Estoy +7 y ojalá mañana se dé una buena vuelta», añadió. «Si hago -7 o -8 puede que acabe entre los 20 primeros… ya lo he hecho otras veces, pero bueno. Mañana me gustaría hacer algo por debajo de 70 y terminar con buena nota. Lo único que tengo claro es que no me voy a dar por vencido y voy a hacer el máximo mañana para terminar lo más alto posible».