GOLF

Jon Rahm se prepara para su asalto al Masters

El jugador español se encuentra más confiado que nunca para ganar un grande

Jon Rahm y su novia Kelley Cahill, relajados en los pares 3 de Augusta AFP

MIGUEL ÁNGEL BARBERO

A pesar de ser solo su tercera visita al Augusta National , a Jon Rahm se le nota cómodo en el Masters . Se mueve como un pez en el agua por sus calles y greens y se debe a la devoción que siente por este vergel. "Desde la primera vez que lo conocí, en 2017, me quedé copletamente prendado de este club -reconoce el vasco-. Vine de México de la Copa del Mundo casi directamente a jugar unos días antes. El primer paseo por Magnolia Lane fue impresionante, único, y como golfista es difícil de explicar y contar las sensaciones que viví". Sus emociones se desatan cuando rememora esa primera vez y lo que le costó poder concentrarse en su juego. "La primera vez que vine me enseñaron todas las instalaciones, la casa club, el palacio de prensa y es impresionante verlo. De hecho, luego salí por fin al campo y creo que no di ni un golpe bien porque estaba repasando en mi cabeza los golpes que se habían dado en la historia en cada hoyo".

Aunque con el tiempo se va a acostumbrando a todo lo que conlleva este torneo, no es fácil dejar de impresionarse por lo que ve a su alrededor. "Cada vez que regreso me vuelvo a sorprender, pienso que es una pasada de sitio. Y me puedo pasar siete horas en la zona de prácticas disfrutando porque las condiciones de la hierba de aquí son únicas", reconoce. De manera que se siente muy atraido por el campo y ha hecho todo lo posible para conocerlo y sacarle el máximo rendimiento. "Es un recorrido que me viene bien a mí como jugador y como persona. Me refiero a mi imaginación, a cómo veo ciertos golpes, a mi manera de pensar y jugar al golf -reconoce-. Aquí vale más la personalidad y ser un jugador creativo y de sensaciones, que ser un científico calculador. Tienes que aprender ciertas cosas de caídas y siempre te ayuda que te salga lado creativo para resolver cada situación".

El año pasado terminó cuarto y fue porque su amigo Phil Mickelson le dio un sabio consejo sobre cómo jugarlo. "Me dijo que en Augusta no hay que jugar perfecto para ganar, es decir, que todo el mundo va a cometer fallos. Incluso Tiger , cuando ganó con dieciocho bajo par, falló golpes; lo que hay que hacer es tener paciencia para que los errores no te descompongan". Por eso este año se ve con más fuerzas que nunca para inscribir su nombre por primera vez en los torneos del Grand Slam . "Estoy jugando muy bien, con mucha consistencia. He acabado seis veces entre los diez primeros en los que va de año y vengo muy motivado. Confío en poder estar ahí arriba el domingo", comenta. Para ello tendrá que superar escollos desde el principio, como jugar con el propio Woods las dos primeras jornadas, con todo lo que eso supone de presión añadida. "Pues sí, nos veremos rodeados por una marabunta de espectadores, pero eso no me asusta. La última vez que jugué con él también la había y no me fue tan mal", bromea recordando su triunfo en la Ryder Cup de París .

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