Jon Rahm llama a las puertas del cielo

La ascensión de Jon Rahm a la elite del golf mundial ha sido la típica de llegar y besar el santo. Pero la consolidación que está teniendo entre los más grandes ya le acerca a las puertas del cielo. Después de un triunfo y un quinto puesto en las últimas semanas, está a un paso de volver a hacer historia en su primera participación en un torneo del Mundial (WGC) . A falta de una jornada marcha quinto, a tres golpes del líder, Justin Thomas (-12) .

La forma en la que el vizcaíno se desenvuelve por el campo hace ver que domina por completo el escenario. De ahí que cuando siente que alguna nota desafina sea capaz de ponerle freno de inmediato. «En el hoyo cuatro me paré con mi "caddy" y le dije que si sabíamos jugar bien no teníamos por qué ir sobre par -comentó nada más acabar la tercera vuelta-. De manera que nos pusimos las pilas y ya no volvimos a pinchar hasta el final». En efecto, con cinco «birdies» en los agujeros restantes firmó una tarjeta de 67 golpes para (-9) que le sitúan en la parte alta de la tabla. Y da miedo mirar los nombres que tiene por delante. Aparte del estadounidense Thomas (triple ganador en esta temporada), están el número uno mundial Dustin Johnson (-11) y Rory McIlroy y Phil Mickelson (-10) .

«Me siento muy cómodo jugando bajo presión y rodeado por los mejores -reconoció con una sonrisa- y lo bueno es que me estoy acostumbrando a ocupar los últimos partidos, donde se deciden los torneos». De su cada vez mayor experiencia y, sobre todo, su enorme seguridad, se puede esperar el milagro dominical. Nunca hasta ahora ha ganado un español un WGC y quizá haya llegado ya el momento.

Quienes no van a poder cumplir ese sueño son los otros tres representantes ibéricos. Sergio García (-6) es decimocuarto y se lamentaba de «la mala vuelta del viernes, que me alejó de la lucha. Hoy he peleado bien, pero ya estoy muy lejos del triunfo», se lamentó. Rafa Cabrera (-1) firmó el par de Chapultepec , pero se quedó con ganas de hincarle el diente al campo. «A ver si el domingo acabo de firmar una buena tarjeta para irme con buen sabor de boca», bromeó. Por su lado, Pablo Larrazábal (+8) , siguió con sus problemas de línea, que le penalizan en exceso en un recorrido tan arbolado como este.