Golf
Jon Rahm, los autógrafos y los niños ante todo
El español tiene claro que en su trabajo está incluida la atención a los chavales cada día, porque así fomenta el interés por el golf en las nuevas generaciones
Tener a los genios cerca de casa es bueno para todos. Por un lado se les ve ejecutar golpes de fantasía y cómo se manejan delante de las masas. Y, a veces, se descubren rutinas que no son habituales en el resto de los deportistas. Este es el caso de Jon R ahm . Muchos de los 40.000 espectadores que la semana pasada abarrotaron el Club de Campo Villa de Madrid se quedaron sorprendidos en la zona de entrega de tarjetas al terminar las jornadas. Una sensación que se repetirá estos días en Valderrama en la segunda y última semana del número uno del mundo en España este año.
¿Qué llama la atención de los aficionados en ese pequeño espacio? Pues que más de una hora después de haber terminado su actuación, el de Barrica siga firmando autógrafos a los más pequeños como si nada. «Para mí no es ningún ningún esfuerzo dedicarles este tiempo a los chavales –comenta–. He dicho muchas veces que si hoy estoy en el lugar que ocupo es porque cuando yo era como ellos recibí las atenciones y las firmas de mis ídolos. Todo comenzó precisamente aquí, en Valderrama, y de hecho conservo la fotografía Henrik Stenson firmándome en la camiseta , algo que nunca he olvidado». Precisamente el sueco fue su compañero en la Ryder Cap de París y este hecho fue ampliamente comentado por todo el equipo europeo.
La importancia del legado
Esta semana del Estrella Damm Andalucía Masters tendrá en el vizcaíno a su gran atractivo. Él lo tiene claro y quiere dejar su poso en el golf internacional a través de los niños. «Jon tiene una gran pasión y conocimiento del golf y entiende que el futuro del mismo pasa por los más jóvenes. Por eso siempre va a tener tiempo para la siguiente generación», confirma su agente Jeff Koski . Esto entronca con el hecho de que él aspira a ser el heredero de Severiano Ballesteros en la medida que pueda alcanzar y quiere dejar su legado a los siguientes; es decir, entregar a las generaciones sucesivas al menos lo mismo que él recibió de las precedentes. «Cuando un profesional firma autógrafos, está dando algo de todo lo que le debe a la colectividad que le ha ayudado a llegar allí. El jugador profesional no existiría si o hubiera público ni medios de comunicación –apunta Juan Antonio Corbalán , estrella del deporte de épocas pasadas – y me parece que es de bien agradecidos responder con el mínimo esfuerzo de firmar unos autógrafos a tus seguidores, que son lo que tú fuiste y para quienes es la mayor ilusión poder tener ese recuerdo o estar cerca de ti».
A diferencia de lo que sucede con otros atletas de élite, que apenas prestan atención a los aficionados o incluso los desprecian (como los que llegan a los estadios con los auriculares puestos, absortos en el móvil y sin dedicar una mirada a sus seguidores), para el mejor golfista del planeta no supone ningún esfuerzo cumplimentar a los fans . De hecho, para él es un gesto cotidiano y lo tiene asumido en su rutina laboral diaria. «Mi trabajo consiste en entrenarme, jugar y atender a los aficionados y medios de comunicación. Eso es algo que voy a hacer siempre cuando esté en un campo de golf», señala el vizcaíno. Esta actitud es elogiable sobre todo a la vista de lo que puede calar su amabilidad en los futuros jugadores de golf, a los que recomienda seguir firmemente sus objetivos. «Si creen que pueden ser un número uno, como me lo creía yo de pequeño, que lo digan, sin importarles el qué dirán. Todo el que ha llegado a ser el mejor en algo, se lo ha creído y lo ha hecho público. Ahora bien, no hay trucos para conseguirlo, hay que echar muchas horas de trabajo y tener mucha determinación para lograrlo. Esto no vale solo para el golf, sino para todo en la vida; si quieres ser el mejor en algo tienes que trabajar muy duro y tener mucha disciplina». Palabra de Jon.
Desde hoy y hasta el domingo, en el jardín de Guadiaro se seguirá sembrando la afición al golf en los más pequeños. Rahm deleitará a los chavales con algo más que un simple trazo de rotulador. Les preguntará cómo les va, si mejoran su swing y ninguno se escapará sin una foto o un posado con su ídolo. Con su carisma y amabilidad, el futuro está asegurado.