Masters de Augusta

Rahm choca ante el huracán Johnson

El español, después de la tercera jornada, se aleja de su primer major al caer a siete golpes de un líder intratable

Jon Rahm, este sábado durante la tercera jornada del Masters de Augusta Reuters

Miguel Ángel Barbero

Las tres horas de parón por la tormenta del jueves trastocaron de tal manera el último major del año que ayer los jugadores se tuvieron que dar una auténtica paliza para recuperar el tiempo perdido. Así, quienes no pudieron acabar la segunda ronda el viernes, como Jon Rahm o Rafa Cabrera , tuvieron que madrugar para concluirla y después, disputar la tercera completa para lograr que hoy la jornada dominical sea lo más normal posible.

La parte positiva es que los dos españoles saldaron con nota sus objetivos iniciales, pues recuperaron los golpes necesarios para ser colíder el primero y pasar el corte, el segundo. Especial mérito tiene el resultado del vasco (66), que le sirvió para afrontar por primera vez en su carrera el fin de semana de un grande desde la cabeza de la tabla (-9). Es cierto que le acompañaban otros cuatro jugadores en esa posición (una plusmarca en cuanto a colíderes en un Masters), pero eso solo demostraba que el torneo de 2020 iba a tener más aspirantes que nunca a la chaqueta verde.

Esta idea permanecía nada más comenzar la tercera ronda, apenas media hora después de concluida la segunda, pues ya eran nueve los que compartían el liderato. Pero Dustin Johnson se encargó de marcar distancias con un eagle en el hoyo 2 y birdies en el 3 y el 4 que le llevaron a un (-13) con el que ya veía a sus rivales a distancia. Fue entonces cuando Rahm , a su ritmo y sin dejarse llevar por la ansiedad, decidió seguir su estela con calma. El duelo entre los números uno y dos del mundo estaba servido en un mano a mano estelar y el vizcaíno sabía que aún tenía catorce agujeros sabatinos y dieciocho dominicales por delante para darle la vuelta a la tortilla.

Sin embargo, aparte de con paciencia había que contar con un poco de ayuda divina. Por un lado, para que el norteamericano frenase su racha (lo que nunca sucedió, pues volvió a rebajar en el 7 para acabar los hoyos de ida con 31 impactos) y, por otro, para que la mala fortuna dejarse de aliarse contra él.

Un hoyo 8 para olvidar

En Augusta es fundamental aprovechar los pares 5 para ganarle golpes al campo. Por eso, son el peor lugar para fallar. Un mal golpe desde la calle del 8 le llevó a la arboleda y, desde ahí, tras rebotar en un árbol y acabar en los arbustos, a dropar para acabar con un doble bogey. Esto le hizo retroceder hasta la octava plaza, a seis puntos de su rival, y con la sensación de sentirse fuera de la lucha por la chaqueta. Para evitar esos malos pensamientos, Jon decidió resoplar, recomponerse y afrontar el resto de la jornada bajo el paraguas, esperando que escampase el temporal que le azotaba.

Pero eso no sucedió en toda la tarde. Por si las desgracias fueran pocas, por detrás empezaron a aparecer grandes nombres como Rory McIlroy, Brooks Koepka o Tommy Fleetwood , que querían tomar posiciones a la espera de un desfallecimiento del de Carolina del Norte que no terminaba de llegar. La nómina de aspirantes se incrementaba y eso no hacía sino dificultar la remontada del español, que se atascó en una serie de cinco pares consecutivos que le alejaban cada vez más de un Dustin que seguía a lo suyo: en el 13 tomó cuatro golpes de renta sobre sus inmediatos perseguidores y siete menos que el de Barrica.

A esas alturas de la tarde, a Rahm solo le quedaba la opción de arañar algo en el tramo final para, al menos, acabar la ronda bajo par y así empatar el récord de Tiger Woods de diez vueltas consecutivas en números rojos. Aunque lo logró puntualmente con birdies en el 14 y el 15, un bogey en el 18 le bajó a la séptima plaza(-9), insuficiente para sus objetivos. Ante el insultante poderío mostrado ayer por Dustin (-16), solo le resta rezar para que hoy repita uno de sus sonados fracasos, que le han llevado a no ganar en ninguna de las cuatro ocasiones en las que ha salido de líder en un grande; así, acumula cinco segundos puestos en ellos por un único salmón pescado (el Open USA 2016).

Sabor latino

Aparte de por la actuación de Rahm, en la parte alta de la clasificación se estuvo hablando español durante toda la jornada. Tanto el mexicano Abraham Ancer (-12), segundo, como el colombiano Sebastián Muñoz (-9), séptimo, estuvieron especialmente brillantes ante sus retos más importantes.

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