Snowboard

Queralt Castellet: podios para superar el duelo

La rider española regresa a la nieve y a la tabla después de superar la muerte por cáncer de su entrenador y pareja

LAURA MARTA

El mejor reconstituyente: la nieve y la tabla. El mejor antidepresivo: un podio. Queralt Castellet ha recuperado el deporte que la hace feliz y donde se siente más libre. Vuelven a su tabla las ganas de surfear la nieve y de dibujar cabriolas en el aire. Y regresa también los triunfos, como el bronce en «big air» en Québec. Una sonrisa después del peor de sus obstáculos: la muerte de su entrenador y pareja, Ben Jolly.

Ha pasado un año desde que un tumor cerebral terminara con la vida de Jolly, su guía en el deporte y en la vida desde los 19 años. Se despidió de él públicamente con una emotiva carta y se alejara de la tabla. Desde que se subiera a una por primera vez a los seis años nunca la había aparcado tanto tiempo. Su cabeza no estaba donde debía para continuar con un deporte que cualquier mínimo despiste no solo provoca una mala puntuación, también un grave accidente. Hasta cambió Estados Unidos por Suiza y estar más cerca de la familia. Pero la catalana ha decidido volver, y por la puerta grande. «Para continuar el legado de Ben », explica para ABC. «Él me ayudó a ser mejor, a luchar por alcanzar nuevas metas y esta es la vida que conozco desde hace muchísimos años. No podía dejar de vivirla», continúa mirando hacia delante. En su futuro visualiza el Mundial en Sierra Nevada y un poco más allá: un podio en los Juegos Olímpicos. A pesar de su palmarés y de sus pioneros pasos en el snow español, el triunfo olímpico todavía se le resiste. «Saqué fuerzas de la familia, y de las nuevas ilusiones. Ha habido pocos momentos en los que me planteara dejarlo, pero sí ha habido alguno», reconoce.

Para recuperar la confianza, el bronce en «Big Air», una modalidad ajena a su «half pipe» y que apenas se había preparado: « ¡Nunca antes me había tirado por un andamio! Fue una inyección enorme de adrenalina y me ha dado mucha fuerza en un momento muy complicado. Me ha demostrado que puedo seguir estando arriba. Una manera de reivindicarme». Cambió su pretemporada, se readapta a ella misma sin Jolly, trabaja a otro ritmo, con novedades en sus saltos, acostumbrándose a otras pautas y a Benjamin Bright, su nuevo entrenador. «Todo es nuevo, pero muy estimulante. Es él quien está teniendo que habituarse a mí. Su exigencia me viene muy bien para no pensar más allá, entre otras cosas porque con los nuevos trucos hay más posibilidades de caernos y hacernos mucho daño. La concentración es máxima».

Vida lenta y aire libre

Disfruta del salto, aunque reconozca que el miedo, por mucho que lleve veinte años encima de una tabla, nunca se va. «Cuando salto se junta todo: la visión privilegiada, el miedo a caer, la presión por obtener resultados... Esto es snow, y es como la moto, sé que me voy a caer tarde o temprano», sonríe a pesar de todo. Ha aprendido a encontrar a las personas que le importan, con las que quiere pasar tiempo y a confiar plenamente en ellas. «No me importa tanto que haya mar como que haga calor. En mis vacaciones quiero sol y amigos. Con eso me conformo». Entre entrenamientos y competiciones aprovecha tiempos muertos para desconectar con series de televisión, excursiones, libros y salidas a caballo. El aire libre. Pero, sobre todo, encuentra tiempo para su otra gran pasión: la enología . Le viene de la temporada que pasó en Nueva Zelanda. «Los años que pasé entre viñas en Wanaka, la tranquilidad de esos parajes, ver a la gente vivir lenta de recolección en recolección. Es una filosofía de vida que casa mucho con la mía », confiesa. Y de ahí, a cursar un Máster a distancia: «Algunos aprovechan para jugar a videojuegos, a mí me da por esto. Estoy descubriendo que ya tengo muchas cosas adelantadas por mi experiencia en Nueva Zelanda y he corroborado que es algo que me encanta. Estoy segura de que el mundo del vino será una de mis ocupaciones en el futuro», señala.

El hoy vuelve a ser la nieve, sin olvidar a quienes la dirigieron hasta quien ella es ahora: pionera española y una referencia mundial en el snowboard. ¿Ya ha hecho el salto perfecto? «No, ese será el que me lleve al podio olímpico». Para continuar el legado.

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