El campeón confía en Elvis

«La fiebre no es algo nuevo, la fiebre comenzó hace mucho», reza parte de la letra de «Fever», una de las canciones de Elvis Presley que componen el programa libre que hoy ejecutará Javier Fernández. Es de sobra conocido que la fiebre del madrileño por el patinaje no es algo nuevo, comenzó hace mucho, hace veinte años. Lo que surgió como una actividad extraescolar para seguir los pasos de su hermana Laura se convirtió con el tiempo en un modo de vida. Hasta llegar a ser el indiscutible número uno. Como Elvis Presley , el «rey del rock», a cuyas canciones y espíritu volverá a encomendarse hoy en Helsinki.

La ciega confianza en que Elvis le aupará a lo más alto ha ahuyentado cualquier tentación de cambiar el número con el que triunfó en el Europeo de Ostrava. Volverán a sonar «Trouble» y «El rock de la cárcel». Y ejecutará tres cuádruples y ni uno más . Mientras sus rivales han emprendido una loca carrera por ver quién hace más cuádruples, Fernández confía en su impecable puesta en escena. Necesitará, bien es cierto, mayor precisión que en Ostrava, donde fue penalizado por una caída.

En el Hartwall Arena de Helsinki, ante un público que el jueves ya expresó su adoración por el madrileño, la puesta no será tanto por el riesgo, sino por la perfección. Esa misma perfección con la que estuvo a punto el jueves de batir el récord mundial en un programa corto. Entonces dio un golpe de autoridad ante la rebelión que habían emprendido los jovencitos de 19 años Shoma Uno y Boyang Jin . Hoy no solo habrá que contar con ellos, sino también con otros viejos conocidos de Fernández, como Patrick Chan , que estuvo a gran altura el jueves, o Yuzuru Hanyu , su compañero de fatigas, decepcionante en el programa corto, pero al que nunca hay que dar por derrotado.

«Lo hemos entrenado muy duro y durante mucho tiempo. Tenemos que tener la confianza en que voy a salir al hielo y me voy a comer el mundo, pero hay que hacerlo. Y si no se hace, no se gana», ha avisado Javier Fernández, consciente de que hoy es el que más tiene que perder, pues no en vano expone el trono de campeón del mundo ante rivales de enorme calidad. «Tenemos que intentar estar fuertes y concentrados para que no se nos suban por encima. Sobre todo estos patinadores junior que vienen muy fuertes y muy preparados. Pero nosotros sabemos que esta experiencia que tenemos de todos estos años también sirve para algo. De momento estamos aguantando mucho en lo alto», concluye.

Gane o pierda, el objetivo de Javier seguirá siendo el mismo: los Juegos del año que viene. Ese oro olímpico asoma como última parada de un tren que hoy para en Helsinki.