Atletismo
La odisea de Mahuchikh: escapó de las bombas en Dnipro y es oro en el Mundial
La atleta ucraniana gana el salto de altura en Belgrado, el primer éxito del país desde la invasión rusa
Yaroslava Mahuchikh , saltadora de altura ucraniana, ha logrado la medalla más emotiva del Mundial en pista cubierta tras ganar a lo grande en una prueba en la que luchó codo con codo hasta el final con la australiana Eleanor Patterson, líder mundial del año hasta hoy.
La atleta, nacida en Dnipro hace 20 años, ha logrado sobreponerse a la difícil situación que atraviesa su país y a la odisea que tuvo que vivir para llegar a Belgrado , donde se instaló el pasado 9 de marzo después de un largo viaje que inició el 24 de febrero, fecha del primer bombardeo ruso sobre su ciudad de origen.
«Me desperté en mi apartamento a causa de los terribles sonidos de explosiones, fuego de artillería y disparos. Incluso antes de llamar a mis padres, entendí que esto era una guerra» explicaba estos días Mahuchikh sobre el modo en el que escapó de la invasión. «Después de horas de pánico total, dejamos nuestra ciudad y nos mudamos a un pequeño pueblo no muy lejos de casa. Nadie pensó en entrenar en ese momento, ya que nos vimos obligados a pasar días en el sótano solo siguiendo las noticias de Kiev, Sumy y Kharkiv minuto a minuto».
Gracias al trabajo de su mánager, Aivar Karotamm, y de su federación encontraron la forma de salir de Ucrania y llegar a Serbia a través de Rumanía, un viaje de casi 2000 kilómetros en mitad de la guerra.
En Belgrado, Mahuchikh se mantuvo siempre en la lucha por las medallas. Solo vaciló en 1,92, altura que pasó a la segunda. Después, lideró por primera vez tras saltar en su primer intento sobre 1,98, y acabó jugándose la victoria con Patterson por encima de los 2 metros.
Mahuchikh saltó de nuevo a la primera en 2,02 y obligó a Patterson a guardarse dos intentos en 2,04. La australiana no pudo con esa altura y Mahuchikh llevó el delirio al Stark Arena, escenario del Mundial. Intentó después el 2,04, ya con el oro en el bolsillo, pero derribó el listón.
Mahuchikh, plata mundial al aire libre y bronce olímpico en Tokio, se ha convertido en una de las grandes embajadoras de su país para denunciar la invasión de Ucrania: «Todos los ucranianos defendemos ahora a nuestro país desde diferentes frentes de batalla. El mío es el ámbito deportivo internacional. Estar ahí en la primera línea. Debemos luchar en todas partes para demostrar nuestra fuerza y nuestro poder». Precisamente en los Juegos levantó ampollas su abrazo con la campeona, la rusa Maria Lasitskene , ausente en Belgrado por las sanciones impuestas a su país. Envueltas ambas en las banderas de sus respectivas banderas, no dudaron en posar para todos los medios internacionales en un momento en el que el conflicto ya era latente. Ahora, favorecida también por la ausencia de Lasitskene, Mahuchikh logra la medalla que le faltaba.