Alpinismo
Nuevo desafío en el Everest
Alex Txikon vuelve a intentar alcanzar la cima en invierno y sin oxígeno, un reto que no ha logrado nadie hasta ahora
El viento forzó en marzo a Alex Txikon a desistir en su intento de alcanzar la cima del Everest . Una decepción que todavía atormenta al alpinista vizcaíno, que tratará de resarcirse con una nueva expedición al monte más alto del planeta. Si bien el hecho de adentrarse en las profundidades del pico asiático ya supone un desafío difícil de superar, el montañero doblará la apuesta y lo intentará en pleno invierno y sin el uso de oxígeno artificial . Si todo avanza según lo planeado, la aventura concluirá a finales de febrero, justo un año después de su primer intento.
La dificultad de ascender el Everest en invierno se aprecia en el hecho de que solo los polacos Krysztof Wielicki y Leszek Cichy han logrado completar la misión con éxito. Lo hicieron hace ya 37 años y con la ayuda de aire embotellado, ventaja con la que no contará Txikon. Por otro lado, el equipo del vizcaíno explica que la mayoría de las personas asciende la montaña a partir de finales de la primavera, cuando la meteorología es más favorable. Además, lo suelen hacer guiados por una cuerda y con la ayuda de sherpas de expediciones comerciales que los conducen desde el campo base hasta la cumbre.
En este sentido, destaca que el alpinista de Lemona desafíe a la furia del Everest en pleno invierno y «de la manera más pura», es decir, sin el uso de botellas de oxígeno. Las previsiones apuntan a que la expedición deberá hacer frente a temperaturas mínimas de -60 grados y a vientos huracanados de hasta 150 kilómetros por hora: «El éxito o el fracaso de la expedición no es lo más importante -aseveró el equipo en un comunicado-. Suceda lo que suceda, la aventura está garantizada, porque solo proponérselo demuestra una ambición extrema».
Según informó este viernes el propio alpinista, la marcha de aproximación se iniciará este martes con el fin de alcanzar el campo base de la montaña entre el 1 y el 3 de enero: «Será clave no trabajar nueve días seguidos como el año pasado, y desgastarnos menos en las cotas más bajas para guardar fuerzas para arriba», explicó Txikon, que reconoció que el principal peligro de la expedición volverá a ser el viento . Para hacerle frente gozará de la ayuda de un pequeño equipo de colaboradores que incluirá a su amigo Ali Sadpara, quien también le acompañó en la escalada de 2016 al Nanga Parbat.
El azote del viento
Txikon tratará por segunda vez de escalar la cima a la que el pasado marzo se vio obligado a renunciar a causa de las adversidades meteorológicas meteorológicas. Una expedición que concluyó a los 74 días ante la imposibilidad de hacer frente a los embistes del viento: «No debemos cometer locuras que luego no podamos contar» , sentenció el alpinista vizcaíno, que añadió que, como responsable de la expedición, no podía poner en peligro ni la vida de sus compañeros ni la suya propia.
Nada más renunciar a la escalada, el montañero vasco anunció que no sería su último intento: «Este año no ha podido ser -lamentó-. Pero el Everest no se va a mover de sitio, habrá más oportunidades. Esto no es un adiós, es un hasta luego. El Everest no ha querido que este año conquistemos su corazón, pero lo que tengo claro es que a mí sí que me ha robado el corazón». Fiel a su palabra, nueve meses después volverá a desafiar a la montaña más alta del mundo en una expedición que será filmada con el fin de «dar fe de lo realizado». En concreto, el equipo intentará transmitir «el lado más humano» de la «odisea» para que «el espectador llegue a sentirse parte» de la misma. «Nunca hay que ir en contra de la naturaleza», explica Txikon. «Si no quieres que la montaña acabe contigo, no intentes someterla; respétala y cuídala», concluye.
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