Nuestra Blanca

Fue la alegría de un país que no estaba acostumbrado a ganar y en su talento y en su gracia pudo coronarse en la victoria

ABC
Salvador Sostres

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Ha sido un triste desenlace. Y un triste espectáculo. La tristeza de una vida que tanta alegría supo dar a los demás. Es especialmente dramático cuando alguien que tanta luz ha sido capaz de transmitir, se halla luego tan perdida en el centro de sí misma. Ella fue la alegría de un país que no estaba acostumbrado a ganar y en su talento y en su gracia pudo coronarse en la victoria. Los que ya no somos tan jóvenes, recordamos lo bien que nos hizo sentir. Era la primera chica. Eran tiempos en que hombres y mujeres no estábamos tan enfadados y celebrábamos juntos la vida.

Blanca fue nuestra Blanca y algo de ella ha muerto con nosotros esta mañana. Algo de nuestra inocencia, algo de nuestra primera vez, algo de nuestro despertar al mundo de los mejores donde ya hoy España vive de pleno derecho en muchos ámbitos. Por ello ha resultado especialmente cínico, especialmente doloroso, especialmente lamentable el espectáculo que se ha creado alrededor de su búsqueda. «No buscan a Blanca, buscan audiencia» , escribió con razón Ferran Monegal en El Periódico. No hacía falta encarnizarse tanto, precisamente con ella que todo nos lo dio sin pedir nada a cambio, ni causarnos nunca ningún problema. Ella, precisamente ella, merecía algo más, algo más respetuoso , agradecido y bello que la siniestra trituradora con que los mediocres y los resentidos se alimentan de la desgracia ajena.

Descanse en paz Blanca Fernández Ochoa. Algunos siempre te llevamos en el corazón y aprendimos a vivir con tu luz eterna.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación