Balonmano | Mundial de Francia
Noruega desafía a la bestia francesa
Los nórdicos aprovechan la invitación al torneo para colarse en la fiesta de la final, la primera de su historia, contra los anfitriones
Es Noruega un país de balonmano, aunque es el equipo femenino el que decora una y otra vez su vitrina con trofeos de todos los colores: campeonas del mundo de 2011 y 2015, oro olímpico en 2012, bronce en 2016, cuatro veces campeonas de Europa… Su ejemplo sirve para que ellos comiencen a tomar impulso. No acuden a unos Juegos desde 1972, no participaron en los dos últimos mundiales, pero fueron cuartos en el Europeo de Polonia 2016 y han celebrado cada día su presencia en el Mundial de Francia . Con tanta alegría, buen balonmano y desparpajo que se cuelan en la final del torneo, la primera de su historia, para desafiar a la selección campeona de todo , y en su casa. Noruega ya ha ganado.
Entraron a escondidas, con una «invitación» de la Federación Internacional, y se plantan con todo su orgullo en el último día del torneo. Por el camino, solo una derrota, precisamente ante Francia (31-28), quién si no. Pero también un juego rápido y vistoso con el que arrollaron a Hungría en cuartos, y superaron con trabajo y paciencia a Croacia en semifinales.
Dos formas de ganar para llegar a la lucha por el oro que muestra la maduración de los de Christian Berge, uno de los equipos más jóvenes que han participado en este Mundial, con una media de 25,6 años. Ejemplo de la ambición de esta Noruega joven es el central Sander Sagosen . Con apenas 21 años dirige el balón y la dinámica del grupo con calidad de veterano. De sus brazos, los pases que sus compañeros convierten en gol; de sus piernas, contragolpes que descerrajan defensas; de su visión de juego, estrategias que desequilibran y trastocan los planes rivales.
Francia, obligada
Para redondear su brillante Mundial, en la primera final de su historia, los nórdicos tendrán enfrente a la mejor selección de la historia del balonmano: Francia . Los campeones de todo tendrán el apoyo de un pabellón lleno y de un país volcado para conquistar su sexta estrella mundialista , y también la obligación de ganar, por palmarés, por títulos, por afición, por altura, por envergadura, por todo. Los galos han tenido un día más de descanso y cuentan con cientos de recursos para no dejarse sorprender otra vez por la joven ilusión nórdica, falta de aliento tras un exigente torneo, que ya los superó en un amistoso y los despachó en el Europeo de Polonia (29-24). Hoy (17.30 horas, TDP), en juego, el título mundial, entre la anfitriona Francia y la selección que aceptó la invitación y se cuela en su fiesta con intención de aguársela.
