Fallece al recibir la eutanasia Marieke Vervoort, la paralímpica que quería morir

La atleta belga conquistó dos medallas en los Paralímpicos de Londres y anunció que había firmado los papeles en los Juegos de Río

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Eduardo de Rivas

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Marieke Vervoort murió este martes a los 40 años . La atleta belga, pese a sus medallas, saltó a la fama no por sus triunfos las pistas de atletismo, sino al hacerse público que había firmado la eutanasia y que la ejecutaría después de competir en los Juegos de Río 2016 . El 22 de octubre puso fin a su sufrimento.

Siempre dijo que el deporte era lo que la mantenía atada a la vida. Tenía una enfermedad rara, degenerativa, que la obligaba a ir en silla de ruedas y que le impedía hasta dormir. Alcanzó el éxito en las pistas en los Juegos de Londres de 2012, cuando conquistó una medalla de oro y otra de plata (en 100 y 200 metros). También llegó al podio cuatro años más tarde en Río, donde se hizo con otra plata y un bronce, aunque su nombre ya estaba en la palestra por otros motivos.

Unos meses antes de la cita paralímpica se hizo pública la noticia de que tras la competición se sometería a la eutanasia. En realidad había firmado los papeles en 2008 , cuando tomó la decisión firme de terminar su vida, aunque no inmediatamente sino cuando estuviera preparada, cuando no soportase más el dolor. Y ha llegado ese día.

Vervoort nunca permitió que ese dolor le quitara ni la sonrisa ni una vitalidad que contrastaba con la decisión que había tomado. ABC habló con ella durante los Juegos de Río, el día antes de que disputase su última carrera como profesional. Para ella eran unos Juegos especiales porque sabía que eran los últimos. Cada año que pasaba tenía más dolor y la situación era insufrible para ella . «No puedo seguir así, entrenando seis días de cada siete cuando casi no duermo», comentaba. Aquel día durmió solo una hora por los dolores y ganó una plata.

Sus lágrimas en el podio eran de felicidad y de tristeza. Ponía fin a su carrera, con ganas de disfrutar a partir de entonces de sus amigos, de su familia y de su perra Zen, que la ha acompañado hasta el último dia.

Pasión por España

Tenía una especial relación con España. Siempre que podía se escapaba a Lanzarote , una isla que le encantaba y que tiene un clima que le ayudaba a soportar los dolores. De hecho, el pasado invierno lo pasó allí, hasta que su dolencia se agravó y tuvo que volver a Bélgica.

Fue en Lanzarote donde comenzó su idilio con las carreras. Una trabajadora del hotel en el que se alojaba la animó un día a participar en un maratón que se celebraba al día siguiente y que era gratis para personas en silla de ruedas. Vervoort, que era muy aficionada a los deportes y practicaba habitualmente baloncesto y ciclismo, aceptó y años más tarde el Comité Paralímpico Belga llamó a su puerta para disputar los Juegos de Londres.

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