Rumbo a Río | Triatlón
Mola: «Hay que ir a los Juegos sin miedo»
Su ascenso imparable desde Londres 2012 lo convierte en una de las bazas españolas más sólidas para lograr una medalla en Río
Además de proclamarse subcampeón del mundo en los dos últimos años, Mario Mola (Palma de Mallorca, 1990) ha tenido tiempo de terminar una carrera universitaria, aprender varios idiomas y prepararse para los Juegos de Río. Nada es suficiente para este joven balear que hace diez años decidió abandonar la piscina y sumarse a la locura iniciada en España por pioneros como Iván Raña o Javier Gómez Noya.
-¿Cómo le da a un chaval por el triatlón y no por un balón de fútbol?
-Es cierto que hace diez años no había mucha gente que conociera este deporte, pero yo tuve la suerte de que el preparador físico que estaba en ese momento en mi club de natación practicaba triatlón y fue él el que me animó a probar. Estaba cansado de estar en la piscina arriba y abajo todo el día y la opción de poder salir de allí, sin olvidarme de la natación, pues fue un cambio que me enganchó.
-Dicen que el triatlón es un deporte para los que van sobrados de energías. ¿Era su caso?
-No lo sé (se ríe). Lo cierto es que a mí se me estaba ya atragantando un poco la natación, que es un deporte muy sacrificado y muy monótono. El poder alternar eso con la bicicleta y la carrera a pie hace que todo sea más fácil de llevar. Era, además, un deporte ameno y diferente, en el que podía tener margen de mejora y eso me ayudó a seguir interesado en él.
-¿Qué recuerda de aquellas primeras carreras?
-Los inicios siempre son complicados y sueles pagar la novatada. Mi primera carrera fue un acuatlón -natación y carrera- y recuerdo que nadar con el mono me resultaba extraño y que la transición, saliendo del agua con arena en los pies, no era nada agradable. Fueron cosas que me llamaron mucho la atención, pero a las que, al final, acabas acostumbrándote.
-¿Diez años después, mira hacia atrás y con qué se queda?
-Me quedo con las ganas con las que empecé y eso es algo que permanece. Ojalá pueda mantener esa ilusión mucho tiempo, porque sin ella sería imposible seguir entrenando cada día.
-Su origen está en la natación, pero paradójicamente, no es ahí donde está su punto fuerte...
-Es que yo empecé en la natación, pero lo hacía porque mis amigos estaban allí y es lo que había hecho siempre, no porque fuera mi pasión. Ese origen me vino bien, porque cogí la técnica muy pronto, aunque nunca tuve facilidad para nadar. Recuerdo todo lo que me costaba entrenar para mejorar un poco, y eso, a la hora de correr, me salía mucho más fácil. Pasé años intentando nadar en un campeonato de España y nunca fui capaz de hacerlo y en cuanto tuve la oportunidad lo hice muy bien en la pista de atletismo. A veces hay que adaptarse a lo que uno hace mejor, pero es obvio que en todos aquellos años de piscina hay buena parte del éxito que hoy pueda alcanzar.
-¿Ser tan rápido a pie es una ventaja en un final igualado?
-Creo que a día de hoy, a nivel internacional, hay que ser muy completo. No vale ser el mejor corredor si al final no eres capaz de salir adelante en la natación o no aguantas el ritmo en la bicicleta. No puedes pensar en ser el mejor en una disciplina y olvidarte de las otras, porque el triatlón es justo lo contrario a esa filosofía.
-¿Le duele que nombres como el suyo solo se hagan visibles cuando llegan unos Juegos?
-Es verdad que la atención por parte de los medios crece mucho cuando se acercan unos Juegos. En nuestro caso, somos un deporte al alza y eso supone que no nos sintamos tan solitarios como otros deportistas, pero claro que se debería tener más visibilidad.
-Estuvo en Londres 2012 y entonces aquello era cumplir un sueño. ¿Ese sueño ahora tiene forma de medalla?
-Creo que tiene que ser así. El nivel actual del triatlón en España es muy elevado. Va a haber gente que se va a quedar fuera y que lucharía como mínimo por un diploma olímpico. Por respeto a ellos hay que ir con el objetivo de ganar una medalla, aunque sea luego la carrera la que te ponga en tu sitio.
-Veo que no es de esos deportistas que se conforman con participar...
-Tengo la suerte de poder dedicarme a lo que me gusta y creo que lo justo es marcarse los objetivos más altos posibles, pero sin volverse loco. A Río tenemos que ir sin miedo a nada. A afrontar las cosas con la tranquilidad y seguridad de saber que se ha hecho todo lo necesario para rendir al máximo.
-¿Es posible ser amigo de Gómez Noya y a la vez su rival en la pista?
-¿Y por qué no? Tener cerca a alguien como Javi nos ha hecho mejorar a todos. Todos queremos parecernos a él, imitar lo que él hace, y realmente creo que la competitividad debe quedar en la pista y fuera de ella podemos tener una relación normal, como la que tenemos. Le debemos mucho más de lo que nos haya podido quitar durante las carreras. Lo que hemos aprendido de él bien vale haber perdido alguna que otra carrera.
-¿Tiene algún ídolo deportivo?
-No sé, a mí siempre me han llamado la atención los deportes de resistencia, como el ciclismo o el atletismo. Esos atletas africanos que corren a un ritmo tan alto durante tanto tiempo me parecen gente de admirar, porque además muchos llegan hasta ahí sin haber tenido muchos recursos. Más que admirar al deportista, me gusta admirar a la persona. A esos que son capaces de hacer cosas inverosímiles, fuera de lo normal, y que luego mantienen los pies en el suelo.