Dopaje - Operación Hipoxianet

«¿Mezclo la EPO con agua?» Así ganó siete millones la red de dopaje

Vídeo: Desarticulada una organización criminal internacional dedicada al tráfico ilícito de EPO para deportistas

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La trampa funcionaba en silencio desde hace al menos una década, poco antes de que en España entrase en vigor la Ley Orgánica que promueve la protección de la salud del deportista y la lucha contra el dopaje en la actividad deportiva. Un delincuente serbio marcado en la Europol por sus negocios turbios con las monedas virtuales y un enfermero de un hospital público de Cádiz, el Puerta del Mar, que se asociaron para montar una red de distribución de eritropoyetina (EPO) –la sustancia predilecta de los deportistas de fondo– a través de páginas webs. La incautación por la Guardia Civil de 850 inyectables de EPO, la mayor captura de Europa, exhibe un negocio de máxima rentabilidad. Las estimaciones de la investigación oficial cifran en 7.144.200 euros el beneficio que obtuvo la red, desmantelada en la operación Hipoxianet, durante al menos nueve años y medio.

Sin saberlo, el dinero público español y en particular el sistema andaluz de salud (SAS) estuvo financiando la adquisición de viales de EPO a este clan delictivo a través de un enfermero que multiplicaba por dos los pedidos. Cada vez que realizaba un encargo de eritropoyetina para los enfermos del hospital Puerta del Mar, se quedaba con la mitad para traficar en el mercado negro de las webs. En la Junta de Andalucía nunca se observaron irregularidades, hasta que en 2017 la UCO se puso a rastrear el delito a partir de una denuncia en la Agencia Española Antidopaje (AEPSAD).

La Consejería de Sanidad de Andalucía aportó un dato concreto respecto al fraude. En el periodo comprendido entre enero de 2016 y junio de 2019, los envases desviados al mercado negro ascendieron a 5.103 en distintas presentaciones, «destacando en número los de alta concentración (8.000 y 10.000 unidades internacionales)». El precio de los inyectables de EPO oscilaba entre 200 y 500 euros, por lo que los investigadores tasaron en 350 la cifra media de las compras.

Estableciendo un baremo de cuatro años como base entre los dos años y medio datados por la Junta de Andalucía y los nueve de actuación de la trama, la cantidad resultante en dinero efectivo asciende a más de siete millones de euros recaudados entre los deportistas que hacen trampas con la química. 7.144.200 euros de ganancia a coste cero , sin más inversión que el riesgo, ya que pagaba el sistema nacional de salud.

Según las pesquisas, el encuentro entre el sanitario gaditano y el mafioso serbio se produjo de manera casual, sin que ninguno de ellos tuviera relación hasta entonces con el deporte. Según consta en las diligencias, el enfermero es un asiduo del gimnasio que ha utilizado anabolizantes de forma habitual. Por ahí y por los conocimientos de su profesión, empezó a traficar con medicamentos prohibidos en el deporte, en particular la EPO, en webs que no se escondían ni ofrecían dudas ( epototal.eu, epobest.com, steroidesfr.com, eesteroides.com, steroidihr.com, anabolikade.net). Páginas de internet que han sido clausuradas por la Guardia Civil.

«¿Mezclo la EPOcon agua?»

El procedimiento del enfermero gaditano era bastante rudimentario, tanto que diversas fuentes consultadas por ABC no descartan que el efecto de la EPO fuese nulo cuando llegaba a los deportistas consumidores, ya que se rompía la cadena del frío necesaria para conservar y refrigerar la eritropoyetina. El sanitario guardaba los medicamentos en el trastero de un garaje , en recipientes similares a los que usan para conservar la comida. Y, una vez se confirmaba el pedido por medio de las webs, introducía una placa de hielo en la paquetería para intentar garantizar lo que promocionaba en internet. «Enviamos Eprex de la UE, muy rápido y discreto con número de seguimiento. EPO llega en el paquete frío».

Las webs incluían una suerte de tutorial para inyectarse EPO (dejar la jeringuilla a temperatura ambiente, un pinchazo por debajo de la piel en la parte superior del muslo, tirar de la tapa de la jeringa sin hacerla girar, introducir la aguja empujando el émbolo con el pulgar, al escuchar un clic retirar la aguja, finalmente desinfectar con un antiséptico si hay sangre...), pero muchos deportistas tocaban de oídas sin mayor conocimiento y preguntaban al enfermero cosas del estilo, «¿tengo que mezclar la EPO con agua?».

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