Mercé Martí, la piloto de avión que bajará a la arena del Dakar
Su vida está marcada por la aventura. Tras pulverizar varios récords de velocidad con su avioneta, ha decidido disputar el Dakar en coche, en un equipo formado íntegramente por mujeres
Mercé Martí (Barcelona, 1968) nació para estar en el aire, sobrevolando las nubes y haciendo de su vida una aventura constante en la que cualquier límite estaba hecho para ser batido. Lo supo a los 17 años cuando pilotó por vez primera una avioneta . Fue entonces cuando tuvo claro que esa sería su vida y apostó por ello. Se trasladó a Estados Unidos, se formó hasta mimetizarse con el entorno y llegó a fundar su propia escuela de pilotos en Kentucky. Con el virus de la velocidad y la emoción inoculado en su organismo, nunca llegó a disfrutar con los vuelos comerciales y se fue marcando hazañas a miles de metros de altura. Martí ostenta tres récords mundiales de velocidad en rutas asiáticas y de Norteamérica. Hace tres años fue, además, la primera mujer no americana y la octava de la historia de la aviación en participar en las carreras aéreas de Fórmula 1 en Reno (Nevada).
Siempre de buen humor, explica qué le pasa por la cabeza cuando se pasa 92 horas encerrada en la minúscula cabina de su avioneta , que es lo que se tarda en dar la vuelta al mundo. «Puedo dar fe de que el mundo es redondo, lo confirmo. No es plano», asegura riendo. Ganó la vuelta al mundo en 1994 junto a un compañero sueco. «Además, conseguimos el récord de velocidad: 92 horas y 27 minutos. Esa fue la hazaña, digamos. A partir de ahí empecé a hacer muchas carreras y muchas competiciones. Hice muchas cosas, como volar con aviones de época o de la Segunda Guerra Mundial, aviones de tela y madera», asegura orgullosa.
Ha tocado todos los ‘palos’, como definen los expertos al pilotaje de aviones comerciales, deportivos, acrobáticos o de fórmulas. Precisamente, su participación en una de estas carreras en el aire es otra de las proezas que ha protagonizado. «En 2018, después de toda mi trayectoria en el mundo de la competición, quise probar las carreras de Fórmula 1 en Estados Unidos. Es el único sitio donde aún actualmente se hacen: ocho aviones a la vez corriendo en un circuito oval. Me convertí en la primera mujer no americana en participar y en la octava en toda la historia de la competición que lo lograba», explica.
Ahora ha decidido bajar de las nubes al barro del Dakar . Una nueva aventura, participando en el rally más duro del mundo, que este año se disputa entre las dunas de Arabia Saudí. Es la cabeza visible de un equipo compuesto íntegramente por mujeres. «Me consta que el gobierno de Arabia Saudí está poniendo en marcha medidas para que la mujer tenga más visibilidad . Ser mujer e ir a correr a un país tan cerrado, donde los derechos humanos rozan límites que no nos gustan, tiene un mensaje muy potente», reivindica Martí, que justifica los motivos por los que ha decidido cambiar su avioneta por el volante de un Can-Am, un ‘side by side’ de 200 CV. « Soy una chica bastante guerrera y me va la marcha », explica. Ysonríe satisfecha al posar sus ojos sobre el vehículo: «Es una burrada de trasto; un coche que va fantásticamente en las dunas, las pasa volando...», apunta tras reconocer que no había pilotado nunca antes por el desierto. « El objetivo principal es acabar. Es un año de encontrarme con sensaciones nuevas porque vengo del mundo de los aviones», asegura antes de subirse a su coche.
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