Masters de Augusta

Sergio García: «No quiero dejar la chaqueta, tendré que volver a ganar»

El golfista español está disfrutando coo nunca al sentirse el ganador de un grande y espera poder renovar el título en un torneo muy abierto

Miguel Ángel Barbero

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El primer grande del año tiene un sabor muy especial. Es el único que se celebra siempre en el mismo sitio y el que mantiene las tradiciones más asentadas. Una de ellas es honrar al ganador con una chaqueta verde y también permitirle que ofrezca la cena de bienvenida a los ganadores anteriores. Ambos hechos han llenado de orgullo a Sergio García, que se está moviendo estos días por el Augusta National como pez en el agua. Se sabe el centro de las miradas y disfruta de ello. Pese a tanto ajetreo, sacó unos momentos para hablar con ABC.

-¿Qué se siente al volver a Augusta como todo un campeón?

-Es una sensación muy especial. Nunca antes la había experimentado y la estoy disfrutando mucho. Aparte de la amabilidad de todos los socios y el personal del club, hay un montón de actividades pararelas en las que te das cuenta de todo lo que mueve este torneo, como estar con los chicos más pequeños que participaron en el torneo de promoción y ver la admiración con la que miran al campeón. Me recordaban a mí mismo cuando con diez años vi a Bernhard Langer, Seve Ballesteros y Chema Olazábal.

-Otro de los honores que acompañan al triunfador es poder contar con una taquilla en el exclusivo vestuario de ganadores. Y la compartirá nada menos que con Olazábal. ¿Cómo se enteró?

-Era algo cantado. Ya el año pasado José Mari me dijo que si ganaba quería tenerme cerca para seguir con la tradición española en el vestuario y a mi me faltó tiempo para solicitarlo. Ha sido un gran orgullo que me lo concedieran y poder estar junto a uno de mis ídolos ya para siempre.

-La parafernalia de la chaqueta verde está tocando a su fin. ¿Le da pena tener que devolverla?

-Por supuesto, he disfrutado muchísimo luciéndola este año por todo el mundo, sobre todo en lugares especiales como en mi boda, en el Santiago Bernabéu, en Wimbledon o en los actos de Nueva York, como la visita a la Bolsa o al Empire State. Por cierto, ahí me pasó una cosa divertida, pero que fue muy embarazosa, porque me iba a presentar al mundo como ganador del Masters de Augusta y me di cuenta de que se me había manchado la chaqueta. Menos mal que pudimos salir del paso y tras un envío rápido a la tintorería se arregló todo sin mayor problema.

-¿Va a pedir que le dejen llevársela a casa?

-No, la chaqueta se queda aquí, como manda la tradición. Así me motivo aún más, porque si la quiero recuperar tendré que ganármela otra vez.

Una repetición difícil

Pese a a ser un torneo muy longevo (data del año 1934) y de contar con ganadores múltiples, repetir la victoria dos años consecutivos es un acontecimiento muy poco habitual. De hecho, solo tres hombres lo han logrado en toda la historia (Jack Nicklaus, Nick Faldo y Tiger Woods).

-¿Siente una presión añadida por tener que defender el título?

-Es muy difícil ganar un torneo; mucho más un grande y casi imposible lograrlo dos años seguidos. Está bien ponerse retos difíciles, pero no hay que obsesionarse con ellos. Como siempre he dicho, lo importante es darse opciones de victoria y, si sale todo bien durante la semana, los triunfos llegarán. En otras ocasiones he jugado muy bien y por distintos motivos acababa segundo o tercero. El año pasado todo se dio para acabar primero. Lo importante es que me veo en muy buen momento.

-¿Podemos decir entonces que se ve como favorito?

-Claro que podemos, lo que ocurre es que en esta ocasión hay más aspirantes que nunca. Con la mejora de Tiger Woods en los últimos torneos hay una decena de jugadores con opciones reales de ganar. Me parece que no ha habido una edición tan abierta desde hacía tiempo.

-En 2017 todo sucedió de dulce para usted. Ganó su primer grande y celebró su boda. Este 2018 ha comenzado con una victoria y el nacimiento de su hija, Azalea. ¿Augura otra temporada de ensueño?

Ojalá sea sí. La verdad es que somos muy felices en casa y eso se refleja luego en el campo. Juego más tranquilo y confiado y le doy más importancia a los detalles realmente importantes de mi vida. En cuanto al golf, vengo de jugar tres semanas de una manera consistente, acabando en los puestos de arriba, y me veo en buen momento. Esperemos poder continuarlo durante el mayor tiempo posible.

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