El maestro precoz de la NFL

A Sean McVay, el entrenador de los Rams de Los Ángeles, se le debieron aparecer los fantasmas en la segunda mitad de la Super Bowl disputada este domingo contra los Bengals de Cincinatti. En el mismo escenario hace tres años, se vio vapuleado por Bill Belichick , el jefe de los New England Patriots -entonces con Tom Brady como ‘quarterback’-, algo así como su antítesis.

Belichick tenía 66 años, el doble entonces que McVay. Es un entrenador malencarado, con pinta de gasolinero huraño . Y un genio en la configuración de sus defensas. McVay era el director técnico de moda, revolucionario de la NFL con ataques a tumba abierta. Sonriente, cómplice con sus jugadores, adicto al gimnasio, de dentadura perfecta y pelo engominado. Los Patriots se impusieron en aquella Super Bowl de 2019 de forma implacable: los Rams, el gran equipo ofensivo, solo logró tres puntos. «Me ha superado», reconoció McVay sobre Belichick.

Este domingo, en los primeros compases de la segunda mitad de la Super Bowl, la historia apuntaba a repetirse. Después de llegar al descanso arriba (13-10), los Bengals le dieron la vuelta en un abrir y cerrar de ojos, para colocarse 13-20. McVay y los Rams eran incapaces de desatascar su ataque, después de que su receptor más activo esa noche, Odell Beckham Jr ., se lesionara. En la recta final, con apenas dos minutos para responder con otra remontada, McVay fue capaz de cambiar el libreto, dejar de lado una estrategia de carrera que no había funcionado, imprimir más ritmo al juego y permitir que su ‘quarterback’, Matthew Stafford, y su receptor estrella, Cooper Kupp, consiguieran una anotación. Los Rams se llevaron la segunda Super Bowl de su historia.

La victoria supuso un nuevo récord de precocidad para McVay, que se convertía a sus 36 años en el entrenador más joven en ganar la Super Bowl. Más allá del récord, el triunfo de los Rams supone la reivindicación de un cambio de paradigma en la liga de fútbol americano. Su irrupción provocó un rejuvenecimiento del puesto de entrenador en la NFL. Es el llamado ‘efecto McVay’.

McVay se convirtió en entrenador principal de los Rams en 2017. Todavía tenía 30 años, una edad en la que los técnicos aspiran a ser poco más que asistentes o entrenadores de puestos específicos. Los Rams, que se acababan de mudar a Los Ángeles (la franquicia estuvo durante años en San Luis), apostaban por un chaval en un mundo dominado por vejestorios entrados en kilos.

En su primer año sorprendió por un juego ofensivo e imaginativo, y fue nombrado entrenador del año. Llegó a la Super Bowl en su segunda temporada (la que perdió con Belichick) y ahora se acaba de coronar. Su éxito movió a muchos equipos a fichar entrenadores jóvenes. Muchos de ellos han estado a sus órdenes: Brandon Staley (Los Ángeles Chargers), Matt LaFleur (Green Bay Packers) y su rival de este domingo, Zack Taylor (Bengals), han sido sus asistentes. Su actual coordinador ofensivo, Kevin O’Connel, suena para dirigir a los Minnesota Vikings. McVay es el más joven en ganar la NFL, pero ya se le considera un maestro.