Lindberg y Park lucharon hasta caer la noche

Los grandes tienen un sabor especial. Por eso nadie quiere dar su brazo a torcer en ellos. En el caso del ANA Inspiration que se ha disputado esta semana en California , esta máxima vale tanto para las golfistas que no optaban al título como a las que se lo estaban jugando. Azahara Muñoz , por ejemplo, reconocía estar jugando muy bien sin obtener resultado a sus esfuerzos; y la constancia de no darse por vencida la llevó a firmar una última vuelta de cinco bajo par que la aupó a una meritoria vigésima plaza final, empatada con Beatriz Recari (-7) .

Por lo que se refiere a la sueca Pernilla Lindberg , que partía con tres golpes de renta de cara a la última jornada, la presión la llevó a comenzar muy presionada (dos bogeys en tres hoyos) y a tener que ir toda la tarde a remolque de los pesos pesados del torneo, como Ariya Jutanugarn (menos siete en el día), Jessica Korda (-6) o Inbee Park (-5), que obligaron a la nórdica a hacer un esfuerzo ímprobo para seguir en la pomada.

Gracias a un birdie en el último hoyo la europea consiguió meterse en un desempate al que llegaba con la moral por la nubes y en el que se tendría que ver las caras con la local Jennifer Song , muy constante toda la semana, y la veterana Park (-15) . En principio Lindberg tenía las de perder, puesto que todavía no había ganado un torneo profesional mientras que la estadounidense contaba con el apoyo del público y la coreana con la experiencia que le dan su título olímpico y su condición de ex número uno mundial.

Para encontrar una campeona que pudiera zambullirse en el mítico Poppies Pond se decidió repetir el hoyo 18 tantas veces como fuera necesario y, después de tres intentos quedaron dos aspirantes. Song no fue capaz de igualar el birdie el birdie de sus compañeras y quedó eliminada de la lucha. Apenas sin luz, la sueca y la asiática jugaron por cuarta vez ese agujero, pero volvieron a empatar y se decidió dejar el desenlace hasta hoy a las cinco de la tarde (hora peninsular española). Ya sea la novata o la experta, cualquiera de las dos habrá hecho méritos suficientes para alcanzar la gloria.