Rumbo a Río 2016

El gran salto de Lili y Elsa

Tras su buen paso por Londres, la mejor pareja del voley playa femenino español quiere brillar en los Juegos de Río

Lili y Elsa, durante un entrenamiento ÓSCAR DEL POZO
Emilio V. Escudero

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Sale el sol en Madrid y es un alivio. Después de semanas entrenándose con frío y lluvia en Brasil, se agradece volver a casa. Hace calor en Majadahonda y eso endurece las sesiones bajo la mirada de Dani Rodríguez Wood , su entrenador, uno más dentro del equipo que hace casi una década formaron Lili y Elsa con el sueño olímpico en el horizonte. Son una pequeña familia que va de acá para allá. Torneo tras torneo, dando pequeños pasos hacia la gloria. Acercándose a aquel anhelo infantil que cada vez está más próximo.

Las sensaciones sobre la arena no han sido las mejores tras un largo viaje que aún se hace notar en el rostro de las jugadoras. Caras largas que cambian de manera radical cuando termina la sesión. Saber distinguir entre el trabajo y todo lo que ocurre alrededor ha sido una de las claves de su éxito. Fundamental si se tiene en cuenta que la mayor parte del año lo pasan juntas. El primer acercamiento con la mejor pareja femenina de la historia del voley playa español es afable. Amistoso. No hace falta mucho tiempo para comprobar que existe una química especial entre ambas .

Elsa Baquerizo (Madrid, 1987) saluda con una sonrisa. «¿Dónde nos ponemos?», pregunta mientras se enfunda manguitos, camiseta y visera. «Hay que lucir a los patrocinadores. Sin ellos sería imposible estar aquí y cuesta mucho conseguirlos», apunta. La sesión de fotos es divertida y se alarga en el tiempo, al igual que la charla posterior, en la que no hay temas tabú y en donde las palabras desprenden una sinceridad que se echa de menos habitualmente cuando se habla con deportistas de primer nivel.

Es Liliana Fernández (Benidorm, 1987) la que toma la palabra, mucho más resuelta que su compañera lejos de la arena. Echando la vista atrás, el primer recuerdo que Lili y Elsa tienen como pareja está en el Centro de Alto Rendimiento de Canarias. Allí, tras unos meses de preparación por separado y cuando Lili acabó el ciclo con su anterior pareja, es Dani el que les propone comenzar esta aventura que dura ya casi diez años. Cristalizaba un sueño que ambas comenzaron de manera individual y que a partir de entonces fue creciendo día a día. Desde la base hasta tocar la gloria. «Cuando fuimos a Tenerife, fue simplemente porque nos gustaba el voley playa. Nada más. Claro que pensabas que querías ir a unos Juegos, pero no dejaba de ser un sueño lejano. Casi de niña », reconoce Lili.

De la mano de Dani y de Elsa ese sueño fue tomando forma hasta llegar a Londres 2012 . «Fuimos la primera pareja en conseguirlo, aunque antes que nosotras hubo varias que estuvieron cerca de lograrlo. Estar en unos Juegos es algo completamente distinto a todo. Especial. Eso del espíritu olímpico es verdad. Es todo muy bonito», apunta Baquerizo. Ambas lograron en Londres un noveno puesto final que les supo bien, pero que las dejó lejos de una mejor beca deportiva para seguir preparando el futuro.

La incertidumbre económica, al igual que les ocurrió al principio de su carrera como pareja, no frenó su ímpetu de mejorar y competir. Al contrario. «A nivel federativo, hubo años en los que no había fondos para ayudarnos . Es más, hasta 2011 no tuvimos ninguna beca y eso que llevábamos cuatro años compitiendo a nivel internacional. Hay un problema cuando dejas de ser sub 23 y tienes que dar el paso a profesional», apuntan.

Creer en la victoria

A ellas se les hizo duro, pero siempre creyeron en sus posibilidades. Una fe en sí mismas que a veces se desvanece, sobre todo en las grandes ocasiones. Un gran salto . El salto final es lo que quieren conseguir en Río. Capaces de ganar a cualquier pareja del circuito, les falta terminar de creer en ese último paso. «La parcela psicológica es algo en lo que podemos seguir creciendo. Cada persona es diferente y lo trabaja de una forma, pero superar esos miedos a fallar o a no estar a la altura en un determinado momento es algo que debemos mejorar. Es lo que te permite dar un salto más. No bloquearte o que se te encoja el brazo a la hora de la verdad», asumen.

En Río, Lili y Elsa tratarán de auparse al podio , objetivo marcado en rojo y que ninguna de las dos esconde. « Si no lo sueñas, si no lo deseas, seguro que nunca va a pasar. Al final, la energía y la positividad que pones en las cosas influye muchísimo . La cabeza tiene un papel importante a la hora de ganar o perder, porque recibir, rematar y sacar es algo que todo el mundo sabe hacer», apunta Lili con seguridad, la misma que trata de transmitir cada vez que sale a la pista.

Convivir 24 horas juntas conlleva momentos de tensión inevitable. «Nos llevamos muy bien, pero hay veces en las que quieres irte a casa y no ver a Lili en un rato. Y al revés. Hemos vivido muchas cosas juntas y esa sensación de hacerlo todo unidas a veces desgasta. Pero en el buen sentido. Hay ocasiones en las que necesitas desconectar para volver con más fuerza», reconoce Elsa.

En su palmarés durante estos años figuran varias medallas que las han aupado a un lugar de privilegio en el ranking mundial , pero hay una que recuerdan por encima del resto. « Lo de los Juegos fue especial, pero si tenemos que quedarnos con un partido lo hacemos con la final del Europeo de 2013. Estábamos muy emocionadas y fue un partido muy bonito, aunque no lo consiguiéramos ganar», apuntan.

Foco en el deporte femenino

Ni siquiera esa medalla de plata en el Europeo las catapultó económicamente. Acostumbradas a luchar en un deporte poco conocido, ellas nunca se rinden . Es su sino. Una manera de vivir que han hecho suya y que las hace optimistas de cara a Río donde esperan ser un eslabón más de la cadena de éxitos femeninos del deporte español.

Una cadena que, según ellas, lleva muchos años ahí, aunque algunos parezca que se han dado cuenta de su existencia en los últimos tiempos. « No hay un boom del deporte femenino . No es cierto. Lo que pasa es que los medios no le han dado importancia antes a los éxitos femeninos . Claro que los había: Arantxa Sánchez-Vicario, Conchita Martínez, Ruth Beitia, Amaya Valdemoro, Gemma Mengual... y muchas más. Pero pasaban inadvertidas. Al menos, no tanto como ahora. De repente, alguien ha dicho que las mujeres lo estábamos haciendo muy bien y todo el mundo mira hacia nosotras. Que está muy bien, ¿eh? Pero no es algo nuevo. S iempre ha habido deportes en los que las mujeres españolas destacaban y nadie se hacía eco de ello », señalan, algo molestas, pero tratando de poner de relieve lo que para ellas ha sido un trato injusto a lo largo de los años.

Es el único momento en el que pierden la sonrisa, pero es casi fugaz. Imposible borrar el optimismo y el buen ambiente que existe entre ellas y que desprenden a su alrededor. Optimismo que apunta alto en los Juegos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación