Polideportivo

Libros de deporte que ayudan a curar

La editorial Kurere publica historias de superación contadas por sus protagonistas para llamar la atención sobre diversas enfermedades

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«El mundo está lleno de libros, lo sé, pero sin ánimo de ser pedante, este quiero que sea un libro especial, un libro que me ayude a mí, que ayude a las personas que me rodean a ver las cosas de otro modo, que os ayude a entender cosas que seguro no entendéis». Así comienza uno de los libros de la editorial Kurere , una editorial de muchas, pero especial como pocas. Porque entre sus obras hay voces llenas de sentimientos, dudas, lágrimas, alegrías, dolor, risas y mucho aprendizaje vital para quien quiera sumergirse en su catálogo.

Para empezar, los libros de Kurere nacen de la adversidad, pero esta se torna en optimismo y, sobre todo, conocimiento, para los propios autores y los lectores que se asomen a sus páginas. Son obras escritas desde el corazón de sus protagonistas, voces en primera persona que cuentan historias tan reales que duelen, tan dolorosas que hacen sufrir, tan sufridas que ayudan a sanar , tan sanas que terminan curando. Al menos, ese es el intento.

El protagonista del párrafo con el que comienza este artículo es Iñaki, que trabaja en un banco, jugador amateur de fútbol sala, y que encontró en los retos deportivos de las carreras populares esa motivación extra que necesitó cuando conoció y empezó a vivir con un compañero de piso nada agradable: Míster Párkinson .

Pero nadie mejor que Iñaki para explicarlo: «Esta aventura de correr comenzó en septiembre de 2016 como una forma de combatir el párkinson y tratar de estar mejor, fue convirtiéndose en una afición, algo que me entretenía a la par que me ayudaba a mejorar físicamente y mitigar en cierto modo los síntomas que el Parkinson genera en mi cuerpo».

Porque además de la historia vital, profunda, casi catártica, a veces dolorosa y siempre optimista, en los libros Kurere hay mucha información. Importantísima para los lectores que estén pasando por algo parecido. Imprescindible para despertar la empatía de cualquier lector. «Muchos de los que comparten sus testimonios coinciden en que es muy importante el componente emocional para afrontar estas situaciones adversas. A las personas que están pasando por esta misma afectación les puede ayudar para verse reflejadas y encontrar un mensaje optimista o por lo menos un mensaje de no estar solos. Si ves que alguien puede superar o soportar mejor la enfermedad te da aliento para que tú también lo pienses. Puede ser una inspiración», explica para ABC Juan Osoro , fundador y promotor de la editorial Kurere e impulsor de esta iniciativa que parte de la Asociación «Kurere Palabras que curan» .

«Buscamos estos testimonios y muchas veces no es fácil para el protagonista. Pero en cuanto el autor se libra de la vergüenza inicial de contar que está pasando por esta situación, el hecho de que sus palabras puedan ser útiles para los demás contribuye a que sigan adelante con sus historias vitales. Y al final les resulta fácil hablar de ello porque todo surge de dentro, de lo personal, lo subjetivo de la enfermedad y lo que ha hecho para superarla o afrontarla. Muchos de los autores lo encuentran como un momento de liberación, de quitarse una mochila de algo de lo que te cuesta hablar , pero que es difícil que encuentres al interlocutor adecuado. Y para escribir, porque algunos enfermos no pueden o les cuesta, les ofrecemos herramientas y apoyo audiovisual de transcripción para que lo plasmen sobre el papel», prosigue.

Otro de los puntos de interés de estos libros es que aportan muchos datos sobre enfermedades de las que no se suele hablar. «Muchas están estigmatizadas. Y las personas tienen unas demandas que la sociedad no cubre o no del todo: en situaciones como adicciones, enfermedades raras de las que siempre hay poca investigación, o de pacientes con diabetes o movilidad reducida y todas las barreras físicas y de incomprensión que se encuentran . Para el lector es una manera de entender a las personas. Ayudan a comprender al enfermo y las enfermedades. El conocimiento es fundamental, porque es una barrera que nos hace caer en los estereotipos. Y que te lo cuenten desde tan dentro contribuye a que llegue mucho más profundo también».

Y el efecto emocional se multiplica: «Lees a personas que te cuentan lo que les pasa sin filtros, desde el interior. Y te hace pensar que tu vida, al final, tampoco es tan mala. Te ayudan a relativizar y a valorar lo que es esencial . Es una forma, no sé si de crecer, pero sí de aprender a mirar la realidad desde un punto de vista diferente».

Tanto las palabras como el deporte son, dice Osoro, una tabla de salvación para muchas personas que han sufrido algún accidente o padecen alguna enfermedad. Como Daniel Albero , que ha plasmado en «Un diábetico en el Dakar» cómo es el día a día, tanto en la vida normal como en la competición de élite, de una persona que tiene ciertas necesidades y que muchas veces pasan inadvertidas. Albero lo quiso exponer como una muestra de lo que se puede llegar a conseguir, a pesar de una enfermedad que padecen más de 420 millones de personas, y casi dos solo en España.

De ahí, subraya el piloto, la importancia de conocerla diabetes y todo lo que la rodea: «Al tercer día nos apareció otra traba en plena etapa: el medidor de glucosa decidió no funcionar y tuve que ir bebiendo agua del brebaje y, dependiendo de las sensaciones de mi cuerpo, tomar decisiones. El conocerse a uno mismo y autocontrolarse es necesario si eres una persona con diabetes; por eso, cuanta más información tengas sobre ella, más fácil te resultará afrontar estas situaciones que incluso pueden aparecer en el día a día», escribe en su libro, su testimonio de vida.

Hay muchos más testimonios, de diferentes afectaciones, y, en muchas de ellas, con el deporte como protagonista involuntario. «Para muchas personas que han sufrido un accidente sirve de rehabilitación y de reintegración en la sociedad, porque se les hace un mundo salir de la burbuja del hospital y enfrentarse a una vida que no cuenta con ellos lleno de barreras e incomprensión», admite Osoro, que finaliza: «Las palabras tienen un valor terapéutico, es un medio para ayudar y buscar ayuda. Y los libros eran el medio para que las personas compartan sus experiencias y permitiera generar recursos económicos para apoyar iniciativas solidarias».

Porque los beneficios de los libros de Kurere se destinan a asociaciones de pacientes, organizaciones no gubernamentales o apoyo a la investigación.

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