Patinaje artístico
Javier Fernández conquista su cuarto oro europeo
El madrileño firma una puntuación de récord para revalidar su corona continental por cuarto año
Cuatro vueltas en el aire impulsado por el motor de sus piernas, cruzar la pista al son de la música para lanzarse de nuevo a los cielos y caer tres vueltas después sobre un pie, sin atisbos de desequilibrio. Solo una mano al hielo se le escapó en otra de sus acrobacias antes de convertirse en un torbellino con incontables vueltas, endiablada la velocidad, con la cabeza agachada, hacia un lado, hacia el otro, perdida sin duda la perspectiva de su propio cuerpo sobre la pista. Volver a la realidad para seguir los pasos de baile, marcar el ritmo de la coreografía, interpretar el papel y sonreír. Y además, hacer que parezca fácil. Es la característica de Javier Fernández , campeón de Europa por cuarta vez consecutiva. Que parezca fácil.
Pero en el hielo nada lo es, por mucho que se admita la supremacía de Fernández desde Zagreb 2013 hasta Bratislava 2016. Son muchas las horas que dedica en Canadá para pulir sus saltos, sus acrobacias, su sincronía con la música, sus gestos y su interpretación. Todo para encandilar a los jueces que valoraron su actuación con 302.77 puntos. Una nota récord en Europa para que el patinaje español se mantenga en la élite gracias a sus cuchillas. Otra página más en la historia de este deporte, y ya no solo español: es el quinto patinador tetracampeón del continente.
El checo Ondrej Nepela logró en 1973 su cuarto título, y el quinto un año después. Solo lo supera, Karl Schafer, con ocho, entre 1929 y 1936. Solo otros dos, Willy Böckl y Emmerich Danzer, encadenaron cuatro oros. Hasta que llegó Javier Fernández a engrosar la lista.
«Ha sido muy divertido, duro también, claro. Pero he vuelto a hacer historia para mi país , así que solo puedo estar muy satisfecho. Quiero conseguir el quinto, por supuesto», explicaba el madrileño después de saberse campeón. Se había convertido en candidato con su programa corto «La Malagueña», pero dio el golpe de efecto con el largo.
A por el Mundial
No fue un ejercicio perfecto: una mano al hielo aquí, un desequilibrio en la recepción allá, un cambio de salto en el programa con el que terminó en el suelo... pequeños accidentes que no mermaron ni su fuerza, ni sus ganas ni su sonrisa. Y por si eso no fuera suficiente, su calidad técnica y la dificultad de sus elementos -todos por encima de nueve puntos sobre diez-, le permitieron aumentar la puntuación en cada salto. Sesenta puntos de ventaja sobre el segundo, el israelí Alexei Bychenko (242.56), y el tercero, el ruso Maxim Kovtun (242’21). La superioridad en el hielo plasmada en números.
Fernández acapara de nuevo el poder europeo, pero ya tiene la mente en el Mundial de Boston . Aquí, hoy, revalida su cuarta corona continental. Allí, en marzo, tratará de conservar el título logrado en Shanghái el año pasado. Para ello tendrá que superar, entre otros, a su compañero de entrenamientos, Yuzuru Hanyu, pero sobre todo, deberá superarse a sí mismo. Volar de nuevo y caer después de cuatro vueltas. Y que parezca fácil.