Atletismo

James Ratcliffe, el desconocido mecenas que impulsa el reto de Kipchoge

Este británico, dueño de la petrolera Ineos, se ha convertido en uno de los grandes filántropos deportivos del mundo

Kipchoge (izq) junto a Ratcliffe, dueño de Ineos REUTERS
Emilio V. Escudero

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Baja su telón el Mundial de atletismo , pero sigue centrada la atención en este deporte, dispuesto Eliud Kipchoge a convertirse este fin de semana en Viena en el primer hombre capaz de correr una maratón en menos de dos horas. Ese es el objetivo del reto protagonizado por el keniano, que cuenta con el apoyo principal de la petrolera Ineos, cuyo dueño – Jim Ratcliffe – es uno de los principales mecenas deportivos de la época moderna.

«Es divertido invertir parte de nuestros beneficios en retos y personas que inspiran a la gente», explicaba el propio Ratcliffe hace algunas semanas durante la presentación del evento que llevará a Kipchoge a intentar rebajar la barrera de las dos horas en la maratón. El triunfo de Egan Bernal en el pasado Tour de Francia o el ataque a la próxima Copa América de vela con el barco «Ineos Team UK» llevan también la firma de este filántropo inglés, amante del deporte en general y con una especial predilección por el atletismo. No obstante, él mismo ha acabado alguna de las carreras ganadas por Kipchoge, del que se confiesa admirador número uno. Ratcliffe recuerda que estaba en el coche que precedía al atleta en el maratón de Londres de este mismo año en el que el keniano cruzó la meta en 2:02:47. Era la segunda mejor marca de la historia, solo superada por la del propio corredor africano meses atrás, en Berlín (2:01:39) , pero lo que más llamó la atención al dueño de Ineos fue la tranquilidad con la que lo había conseguido. «Había mucho viento, el asfalto no era bueno y no había tenido liebres, y aún así había logrado ese gran tiempo.Se le veía sereno. Aún está mejorando», explica sobre las posibilidades de que pueda bajar de las dos horas en el circuito preparado especialmente para él en Viena.

Porque el evento de estos días en la capital austriaca va más allá del deporte. Es una prueba para inspirar a la gente. Para demostrar que el ser humano no tiene límites. De hecho, pase lo que pase, el tiempo de Kipchoge no sustituirá a su propio récord del mundo de maratón, pues la Federación Internacional (IAAF) no homologa las marcas conseguidas en este tipo de pruebas alejadas de la competición oficial y cargadas de «ayudas» para el protagonista.

Kipchoge correrá en Viena –la fecha y la hora exacta se conocerán mañana– apoyado por varios corredores, muchos de ellos medallistas en el reciente Mundial de Doha. «Todos ellos quieren ayudar a Eliud a romper la última gran barrera del atletismo moderno», explica Spencer Barden , cabeza visible del grupo de liebres que impulsarán el intento del keniano.

El Prater de Viena es el escenario elegido para la hazaña, que algunos comparan ya con la primera ascensión al Everest o la llegada del hombre a la luna. Allí, la organización del evento ha preparado un circuito con dos grandes rectas de 4,3 kilómetros sin apenas desnivel. Para alcanzar su hazaña, Kipchoge deberá correr a 2:50 minutos por cada 1.000 metros . Velocidad que la gran mayoría de personas ni siquiera podrían aguantar durante un kilómetro y que él mantendrá a lo largo de toda la prueba.

Será la segunda ocasión que el atleta intente romper la barrera de las dos horas. El 5 de mayo de 2017, en el circuito de Monza, se quedó a solo 26 segundos de conseguirlo . Esta vez, con el apoyo de Ratcliffe y el numeroso público que le acompañará a lo largo de los 9,6 kilómetros del trazado, está convencido de lograrlo.

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