Fútbol sala
La Copa de España se salta el toque de queda
A las 23.00, hora a la que entra en vigor esta medida, todo estaba por decidir aún sobre el parqué del WiZink Center
La Copa de España de fútbol sala vivió este viernes otra apasionante jornada . Repitiendo el guión del jueves, hubo que ver una remontada y un emocionante clásico resuelto en la tanda de penaltis para conocer los dos últimos semifinalistas del torneo, el Levante y el Barça. Pero con una diferencia respecto al día anterior, el horario, pues el balón seguía rodando por la pista del WiZink Center en pleno toque de queda en Madrid.
Ya cuando se conocieron los horarios de los cruces de la segunda parte del cuadro del torneo un detalle llamó la atención: el primer partido del viernes estaba programado para las 19.15 horas y el segundo a las 21.00 . Esto implicaba un margen muy escaso entre ambos y podía suponer un problema si la resolución del primer billete para semifinales se alargaba. No ya por un empate que obligase a recurrir a los penaltis (sólo hay prórroga en la final), sino simplemente porque si el primer partido se paraba más de la cuenta podía invadir el horario del segundo y retrasarlo. En fútbol sala cada parte dura solo veinte minutos pero se juega parando el crónometro , por lo que un choque con muchas faltas, polémicas o alguna lesión es notablemente más largo que uno que discurra de forma más fluída.
Los equipos protagonistas del último partido de cuartos de final, un clásico entre el Barcelona y ElPozo Murcia , se habían mostrado preocupados por esa posibilidad, en el sentido de que habría impedido un calentamiento correcto. De hecho trascendieron algunas presiones a la organización para retrasar su inicio y garantizar así una preparación adecuada de cara a un choque de tan alta exigencia física, que finalmente surtieron efecto.
El Levante-Fútbol Emotion Zaragoza, que no se resolvió hasta el último momento y dejó muchos momentos de tensión sobre el 40x20, fue largo. Tanto que Barça y ElPozo no pudieron saltar a calentar a la pista hasta aproximadamente las 21.10, diez minutos después del horario inicialmente fijado para que empezase su duelo. Ambos hicieron un calentamiento completo y con balón antes de retirarse al vestuario a cambiarse y su cara a cara acabó comenzando casi 40 minutos después de lo previsto.
Este retraso tenía otra consecuencia más allá de que la jornada en la pista se alargase. Teniendo en cuenta que un partido de fútbol sala se extiende hasta casi las dos horas, el clásico iba a entrar de lleno en el horario marcado para el toque de queda en la capital de España, las 23.00 horas.
Las dudas se extendieron de inmediato por la tribuna de prensa. ¿Se desalojaría al público una vez que dieran las once? ¿Abandonarían los 1.500 espectadores permitidos por las medidas anti-Covid la grada del WiZink Center por iniciativa propia? Al final no sucedió ni una cosa ni otra. Cuando el reloj llegó a la hora que daba inicio al toque de queda apenas hubo cambios en las gradas del recinto madrileño . El partido estaba muy igualado, podía resolverse de cualquier manera y nadie se lo quería perder. La imagen, transmitida en directo por televisión, era muy llamativa .
Pero todo el mundo era consciente en el pabellón de que se estaba infringiendo la ley. Así, al término de la tanda de penaltis que coronó a los azulgranas (tras acabar 3-3 el choque), la desbandada fue fulgurante . Ni cinco minutos tardó en vaciarse el WiZink Center.
Ya en la calle, los policías presentes en las inmediaciones de la sede de la Copa de España 2021 estaban ocupados en garantizar un desalojo seguro y no en multar a los centenares de aficionados que, aliviados, se dispersaban de regreso a sus domicilios.
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