Balonmano | Mundial de Alemania y Dinamarca
Ferran Solé: «Hubiera preferido jugar peor y que el resultado fuera distinto»
El máximo anotador de la selección española habla sobre la decepción de la derrota ante Francia y la lucha por una plaza para el mayor objetivo: Tokio 2020
Duele. Ese desajuste al ataque contra Croacia. Esas oportunidades perdidas ante Francia . La campeona de Europa, con pocas opciones de medalla. La derrota de Croacia ayer frente a Brasil abre más alternativas, pero sigue siendo muy complicado. «Estamos un poco de luto. Clasificarnos es casi imposible y el golpe es muy duro por las expectativas que traíamos», reconoce Ferran Solé (Barcelona, 1992), máximo anotador de la selección, en conversación telefónica con ABC. «Teníamos la ilusión de ganar el torneo después de ser campeones de Europa y ahora tenemos que centrarnos en otros objetivos que no teníamos previstos », continúa con la resignación en la voz. «Va a costar olvidarlo porque para ganar a Francia hay que hacer un partido perfecto, no lo hicimos, pero aún así tuvimos opciones de ganar. Con momentos en los que estuvimos muy cerca. No podemos hacer nada con las decisiones arbitrales, ni ayer [por el sábado], ni sirve de nada hablar ahora. El equipo lo dio todo, pero teníamos que haber hecho más», relata.
Creció como jugador en el Granollers y desarrolla su técnica, su físico y su salto en Toulouse. Y en los dos ha crecido como jugador. «Sin mi trabajo en el club no estaría aquí, y sin mi trabajo en la selección no podría optar a clubes competitivos que me hagan mejor jugador». Dueño de una zurda ilegible para los porteros, espigado cuerpo (1,92 metros) y piernas poderosas , su papel en el vestuario de España ha ganado enteros cuando ya sus datos eran de vértigo. No sabe con seguridad cuánto mide su salto, aunque con los pies juntos cree que un poco más de medio metro. Tampoco tiene una estrategia fija cuando salta y dirige su mano y su concentración hacia la portería. «Normalmente sé dónde voy a tirar, pero a veces lo cambio un segundo antes si veo que el portero se mueve. Todos tenemos alguna estrategia, pero, por mucho que lo hayas pensado, siempre tienes que observar por si hay una oportunidad más fácil. Una mezcla de estrategia e instinto ».
En su segundo torneo importante con la camiseta nacional, está desempeñando otro papel de diez, con 37 goles de 44 intentos (84% de aciertos). «Personalmente estoy contento con el rol que he cogido en el equipo. Me siento importante e involucrado en el juego. Ir a la selección es algo muy grande que espero alargar muchos años más. Estar aquí es un privilegio, algo excepcional. Lástima que mis goles no estén sirviendo de nada porque no están ayudando a conseguir victorias para el equipo. Es una sensación agridulce. Me gustaría más jugar peor y que el resultado fuera diferente . Porque al final todos intentamos dar lo máximo. No solo yo», acepta.
En un año le ha tocado vivir dos situaciones opuestas: del oro de Zagreb a la desilusión de Alemania, pero con igual determinación. «¿A quién no le gustaría repetir una experiencia como la del oro? Pero a los jugadores que estamos en equipos humildes es casi la cara que vemos siempre. Tanto en Granollers como en Toulouse nunca he ganado un título con el equipo. Lo raro fue ganar lo del año pasado. Se habla de las victorias pero estamos más acostumbrados a perder ».
Retos importantes
Por eso, quiere sacudirse el desasosiego cuanto antes porque a España le quedan todavía metas muy importantes en este Mundial: apurar las remotas opciones de medalla y, en último caso, una plaza en el preolímpico. Solé, nacido en mitad de los Juegos de Barcelona, observa la cita con el mismo anhelo de quienes ya lo han probado. «Quiero que terminemos con la cabeza muy alta, ganando los dos últimos partidos (hoy, el primero contra Brasil, 18.00 horas, TDP). No nos podemos olvidar de que representamos a mucha gente y no los podemos defraudar . Además, todo el equipo piensa en los Juegos. El equipo no estuvo en Río de Janeiro y no nos podemos permitir desaprovechar esta oportunidad. Para un jugador de balonmano los Juegos es lo más . Tenemos que levantarnos». Solé lo hará, más de medio metro con los pies juntos y como un cohete cuando le pasen el balón. Quiere que sus goles lleven a España hasta Tokio.
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