Rumbo a Río 2016
Un éxito de gran responsabilidad
Los triunfos de Carolina Marín obligan a cambiar las expectativas en Río
De repente, una española entre 400 millones de asiáticos. Desde Huelva, Carolina Marín desafió el poder del bádminton en Asia hasta derruirlo. De repente, un deporte desconocido irrumpe en la sociedad española gracias a una chica de 21 años que cambió el flamenco más tradicional por lo exótico de la raqueta y el volante. Y todo cambió. «Sabíamos que teníamos una niña muy buena, que despuntaba en categorías inferiores, pero lo que ha conseguido rompió todas las expectativas», explica para ABC David Serrano , director de desarrollo y formación de la Federación.
Su oro europeo y, sobre todo, sus dos títulos mundiales consecutivos -por primera vez conseguidos por una jugadora no asiática-, la Federación de Bádminton ha tenido que variar su rumbo de actuación. «A Londres 2012 fuimos sin expectativas, ahora vamos al revés: con objetivos de medalla en el cuadro femenino. Nos hemos encontrado la obligación de ganar». Un arma de doble filo porque el reto es mayúsculo: «Si no ganamos medalla en Río parecerá un fracaso» .
Sin embargo, Serrano afirma que están preparados para embarcarse en el desafío. Desde ya antes de Londres existía una estructura de entrenamientos diferente a la que se hace en el resto de países. Sobre todo en la parte táctica. «Es casi un método español, con una metodología, un software, un sistema de trabajo en red para preparar los partidos entre todos muy específico. Una misma filosofía que se ha inculcado desde la base hasta el alto rendimiento», analiza. También tienen mucha «culpa» los entrenadores, con una muy alta formación multidisciplinar que estudia diferentes parámetros de otros deportes para adaptarlos al bádminton. Un método «hecho en España» que choca con el más tradicional asiático, y así, entre una nueva forma de pensar y jugar, el fenómeno Marín ha cuajado unos resultados históricos.
Futuro
Serrano se muestra optimista para el futuro, pues también comienzan a despuntar un grupito de chicos jóvenes en categorías inferiores. Campeones del mundo júnior, tienen dos referentes en quienes fijarse: Marín en el cuadro femenino y Pablo Abián , en el masculino. Espejos que no tuvieron ninguno de los dos en sus inicios.
Sin embargo, el director técnico también reconoce que debe hacerse más, mucho más, para aprovechar los éxitos cosechados. «En publicidad, los oros de Marín nos han puesto en el mapa. Las audiencias de los partidos han sido muy buenas y nos ha convertido en un deporte que ya es conocido por la sociedad . Mucha gente pasó de no conocernos a ser grandes aficionados». Pero no se están llenando los pabellones ni las escuelas, ni se han aumentado las licencias. «Necesitamos algo más de tiempo para diseñar proyectos de promoción y nuevas escuelas para captar más practicantes». Abián y Marín seguirán golpeando el volante hasta lograrlo.