Europa tira de sus novatas en la Solheim
Las jugadoras de Matthew ganan por segunda vez en Estados Unidos
Cuando cada dos años llegan los torneos interatlánticos entre Europa y Estados Unidos siempre surge la misma duda: ¿son favoritos aquellos planteles que tienen a más jugadores entre los primeros del ranking mundial (los norteamericanos) o los que tienen un mayor espíritu de equipo (los europeos)? Por lo visto en las últimas ediciones, parece que ese espíritu colectivo del Viejo Continente es el que se está lleva el gato al agua.
Los hombres continentales llevan años dominando en la Ryder Cup (han ganado nueve de las últimas doce ediciones) y las mujeres no les van a la zaga. Después del gran éxito logrado ayer en Toledo (Ohio) ya son cuatro de las últimas seis las que se han venido a este lado del océano, con especial trascendencia en esta última por ser la primera ocasión en la que se repite triunfo a domicilio.
Aunque desde el bando de Catriona Matthew todas las voces indicaban que llevaban el mejor equipo de la historia, el hecho de que hubiera cuatro debutantes en sus filas no permitía lanzar las campanas al vuelo. El plantel local era impresionante y nombre por nombre superaba a sus rivales. Sin embargo, las azules comenzaron mandando fuerte desde el comienzo en las sesiones por parejas y se presentaron en la última jornada con dos golpes de ventaja (7-9), lo que significaba que con lograr cinco de los doce puntos en juego en los individuales ya se cumpliría el sueño de retener la copa. Ayer la capitana movió bien sus piezas a la hora de los emparejamientos y mezcló a las veteranas y a las novatas en los lugares clave, de manera que al liderazgo de Nordqvist se le unió el carisma y las ganas de las debutantes Maguire y Carstren y la serenidad de las de segundo año Boutier, Sagstrom y Pedersen, que ganaron sus partidos para el (13-15) definitivo.
Jon Rahm, el mejor del año
Por lo que respecta al circuito masculino, al margen de lo sucedido en la prueba final de la temporada del PGA Tour ganada por Patrick Cantley, Jon Rahm ha sido el gran dominador. Si se tienen en cuenta las distintas etapas por las que ha pasado el español en los últimos meses, no cabe sino quitarse el sombrero. En una campaña tan larga como esta (por el Covid se unieron pruebas de 2020 y 2021) Jon fue capaz de mantener un ritmo altísimo cada semana y consolidar su número uno mundial. De hecho, solo falló un corte de las 22 en los que participó y acabó entre los diez primeros en quince de ellas. Este dato cobra mayor importancia cuando se aprecia que ninguno de sus competidores fue capaz de alcanzar diez top 10 en el año. Por si esto fuera poco, el vizcaíno fue el único en acabar los cuatro grandes en esas posiciones de privilegio y se llevó el Open USA con todo merecimiento.
Con las cifras en la mano, ha sido el mejor en la media de golpes (69,3), en driving total (80), en golpes ganados de tee a green (1,77), en golpes ganados totales (2,01) y en ganancias (7,7 millones dólares). Por eso, no quiere que este año acabe todavía. «Ahora solo pienso en volver a casa y disfrutar con mi familia. Aún me quedan citas importantes en el Circuito Europeo y quiero estar preparado».