El eterno combate de Joana Pastrana
La boxeadora madrileña defiende hoy por tercera vez su título mundial frente a Yokasta Valle, aspirante número uno
El boxeo iguala a las personas. Tiene esa capacidad de hacer bajar a la lona a cualquiera que se precie sea de la condición social que sea. Por ello, no es inédito observar a la cola de un ranking a un púgil que, tras cerrar su mochila, acude a comandar una empresa o encabezarlo a una boxeadora que acaba de servir el último café antes de comenzar a lanzar una batería de golpes sobre un pesado saco. Joana Pastrana (Madrid, 1990) es la protagonista de la última definición. Aunque lo suyo no es para nada normal. Este domingo buscará su cuarto cinturón mundial y su tercera defensa del título mundial del peso mínimo IBF (23:30, Gol) ante la costarricense Yokasta Valle, en Puerto Banús (Marbella).
«A 48 horas del combate me encuentro mejor que nunca, hemos hecho la mejor preparación hasta el momento y las sensaciones son las mejores que podría haber», vacitinó Pastrana para «LaLigaSportsTV». Encontrarse mejor que nunca significa una progresión , algo que debe aterrorizar a su contrincante teniendo en cuenta que se ha abrochado el cinturón en tres ocasiones y que su única obsesión es tener una mejoría encima del cuadrilátero cada vez que lo pisa. Cierto es que le espera una batalla encarnizada, pues la costarricense, apodada con mucho tino «La Bailarina» por participar en un reality, no llega precisamente a marcarse un baile televisivo. Su balance de 17 victorias y solo dos tropiezos avalan a la púgil centroamericana.
Por su parte, la madrileña cuenta con un récord profesional de 15 victorias (5 por KO) y solo una derrota , reflejo este de la perfección que roza su juego cuando se enfunda unos guantes. Aunque esta no es su única lucha. Poner el nombre del deporte femenino en los titulares de los grandes medios es otra de las metas que, orgullosamente, ha conseguido. Pastrana es un ejemplo, quizá sin saberlo, de muchas niñas que sueñan con conquistar el mundo encima de un cuadrilátero. Esa niña que ella también fue, criada en un barrio humilde, el de Pan Bendito, que probablemente le obligara a no bajar nunca la guardia .
Como la vida es una lucha constante, Pastrana sabe que los sueños no se regalan. Solo con echar la vista atrás llegan a su mente los recuerdos enfundada en un mandil con la bandeja a cuestas. Trabajar de camarera desde los 16 años compaginándolo con sus entrenamientos le permitieron conocer de primera mano la dificultad de ser una púgil profesional. «Claro que es muy duro después de trabajar diez horas irte a un gimnasio, dar la cara y entrenar. Pero todo depende de cómo lo enfoques», declaraba hace tan solo un año en estas páginas. En su rectitud y disciplina residen algunas de las claves de esta deportista con mayúsculas. Tanto esfuerzo ha dado sus frutos. «Es la primera vez que veo un combate de boxeo en vivo y estoy orgullosa de ver a Joana revalidar otra vez su campeonato mundial. Lo ha peleado muchísimo. Es un lujo verla pelear ». Estas declaraciones, propiedad de María José Rienda, secretaria de Estado para el deporte, hace escasos meses, van camino de repetirse. Marbella será la encargada de dictar sentencia. Mientras, los antiguos compañeros estarán disfrutando en la taberna del espectáculo que brinda esta boxeadora. Porque, dicen, las noticias están en los bares, pero las campeonas de boxeo también .
