Golf
Estados Unidos abusa de Europa y gana la Ryder Cup
El escandaloso marcador final de 19-9 es suficientemente descriptivo
La Ryder 2020, que ya nació torcida para Europa , se convirtió en un paseo militar escandaloso para Estados Unidos, tan superior el conjunto local que desbravó la jornada del domingo con un triunfo inapelable. Siempre se vio el rojo en el marcador y no hubo milagro ni gaitas, imposible imaginar cualquier hazaña. Se invocó al espíritu de Medinah, aquella gesta de 2012 que quedará para siempre en la historia del deporte, pero no hubo ni la más mínima oportunidad, nada de nada. Ni siquiera Jon Rahm, pletórico viernes y sábado, estuvo a la altura y Europa asumió muy pronto la realidad en Whistling Straits. Es preciso recordar que solo Rahm, en lo más alto, asoma en un top 10 con ocho estadounidenses.
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Padraig Harrington, obligado por ese 11-5 casi imposible al que se llegó al domingo, pensó que era pertinente contar con sus mejores hombres en los primeros partidos y achuchar así a los norteamericanos, cuyo nivel estos días ha sido soberbio. Colocó a Rory McIlroy en el estreno (contra Schauffele), puso a Lowry de segundo (contra Cantlay) y después tiró de los españoles, sin duda los más consistentes en los duelos por parejas. Rahm, tercero, se las tuvo tiesas desde el inicio ante Scottie Scheffler y estaba prácticamente sentenciado al perder los cuatro primeros hoyos, agotado el vasco después de darse una paliza tremenda (en tres días ha jugado cinco vueltas). García, por su parte, aguantó algo más a Bryson DeChambeau, pero lo cierto es que siempre fue a remolque, incapaz de recurrir a su magia en esta competición que tanta gloria le ha dado. Iba transcurriendo la tarde entre el griterío de los yanquis y el marcador se teñía de rojo, casi humillante la paliza local.
Una escabechina
Collin Morikawa, pese al titubeo de los dos primeros hoyos, pronto desbravó al debutante Hovland, mientras Johnson empezó a abrir brecha con Casey. Thomas se crecía ante Hatton, English controlaba a Westwood, Spieth dominaba a Fleetwood, Koepka remontaba a Wiesberger... Una escabechina de época , brutal el control de Estados Unidos ante la gran depresión europea. Nunca se habían remontado seis puntos en domingo y, desde luego, no fue esta edición, histórica precisamente por lo abultado del marcador.
Ganó el primer punto Europa, bien McIlroy por fin después de un torneo flojísimo, pero ni siquiera hubo festejos en el conjunto azul, asumida de antemano la derrota porque la parroquia se encargaba de celebrar a lo grande. El fiel reflejo de esa caída libre era Rahm, al que jamás se le vio en disposición de subirse al tren, cansado y sin la magia que atesora como número uno del mundo. Tuvo algún golpe de mala suerte, pero tampoco se puede hablar de eso. En París, en 2018, se redimió el domingo después de una competición gris, justo todo lo contrario en Whistling Straits. Se va con 3,5 puntos, pero con un sabor muy amargo por su derrota sin paliativos ante Scheffler, que en el hoyo 15 ya alzó los brazos. Rahm no metió un putt en todo el domingo y se despidió con un bogey doloroso.
Poco después llegó el punto de DeChambeau ante García (3 hoyos de ventaja con 2 por jugar) y ya solo quedaba rematar la faena para los americanos. Le correspondió la gloria a Morikawa, número tres del mundo y campeón del Championship este año (dos grandes en su historial). A falta de siete encuentros, todo el pescado estaba vendido, pero ni siquiera entonces bajaron los anfitriones el pie del acelerador. Johnson, Thomas, Koepka y Berger vencieron en sus duelos, y solo Poulter y Westwood salvaron la honrilla europea. El escandaloso marcador final de 19-9 es suficientemente descriptivo.
En el palmarés de la Ryder Cup, Estados Unidos suma su novena victoria desde que se enfrenta a Europa (antes jugaba solo contra Gran Bretaña e Irlanda), que ha triunfado en once ediciones.