Balonmano | Europeo

España derriba el muro danés para meterse en otra final del Europeo

La vigente campeona continental, en un soberbio partido de Pérez de Vargas y Aleix Gómez, rompe su maleficio ante Dimanarca, a la que no vencía desde 2015

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Crónica

Solo unas horas después de que Rafa Nadal asegurara su presencia en el partido decisivo del Open de Australia, el deporte español ha vueto a emanar adrenalina disfrutando con la clasificación de la selección de balonmano para la final del Campeonato de Europa por cuarta vez consecutiva gracias a su triunfo (29-25) ante un rival tan gigante como Dinamarca, campeona del mundo y subcampeona olímpica. Como el tenista balear, que tendrá a Medvedev como última barrera en su intento por convertirse en el primer ganador de 21 Grand Slam, el combinado entrenado por Jordi Ribera afrontará una final que puede convertirle este domingo en un conjunto de leyenda. De colgarse el oro, sería la segunda selección con tres títulos continentales consecutivos en el palmarés, un hito solo logrado por Suecia a lo largo de la historia.

Acceder a la final del Europeo , la competición más exigente a nivel de selecciones, no era misión sencilla porque enfrente amenazaba el ogro nórdico, la bestia negra de los españoles a partir de 2015. Desde la celebración aquel año en los cuartos de final de la Copa del Mundo con un agónico gol de Joan Cañellas , todos los enfrentamientos fueron cayendo sucesivamente del lado danés. Un combinado ‘maldito’ que el pasado año amargó a los de Jordi Ribera, apartándoles en las semifinales del Mundial y de los Juegos Olímpicos de la lucha por el oro. España rompió hoy un muro que parecía insalvable, una victoria reparadora.

Las posibilidades de España pasaban por estrangular el caudal goleador de la temible pareja formada por Mikkel Hansen y Mathias Gidsel , piezas angulares en el engranaje ofensivo de Dinamarca a lo largo de este Europeo. Un rival temible que llegaba a la cita ante los hispanos con un espectacular 70% de eficacia en los lanzamientos. Los 74 tantos aportados entre ambos a la selección de Nikolaj Jacobsen resultaron decisivos para acceder a las semifinales con una sola derrota, la sufrida ante Francia cuando ya había cerrado su clasificación para la lucha por las medallas y en un partido que sus artilleros siguieron cómodamente desde su asiento en la grada. España ha acabado desconectado hoy y desquiciando a los nórdicos.

No hubo ayer concesión alguna por parte de Nikolaj Jacobsen y tanto Mikkel Hansen (34 años) como Gidsel (22) cobraron protagonismo ante España desde el inicio de un partido en el que los lanzadores, de un bando y de otro, comenzaron con las muñecas frías y agarrotadas. Ante la falta de acierto desde los seis metros, la selección, que alcanzó el minuto 12 con solo dos celebraciones, tuvo que vivir del rédito de su intensa defensa y de las paradas de un Gonzalo Pérez de Vargas que se fue convirtiendo en un gigante casi imbatible para los daneses. El guardameta mantuvo en la semifinal a una España que llegó a tener una desventaja máxima de cuatro goles y que se terminó marchando al descanso provocando dudas en la campeona del mundo, que enfiló los vestuarios con una renta mínima (13-14). Los cinco goles de Aleix Gómez , el mejor del partido junto a Pérez de Vargas, ayudaron a que España regresara a la pista con las opciones intactas para soñar con alcanzar la final.

Cambio de guión tras el descanso

España, con un lanzamiento de Cañellas , niveló el marcador (14-14) en el inicio de un segundo acto en el que la igualdad, con P érez de Vargas y Landin brillando en las porterías, volvió a ser la tónica hasta que los de Ribera rompieron amarras definitivamente. En un ejercicio de fe y sacrificio defensivo, los españoles llevaron a los daneses al límite, logrando su primera ventaja con otro latigazo de Cañellas (17-16, minuto 40).

Verse por primera vez por detrás generó nervios, muchos, en los daneses, a lo que de pronto se les hizo de noche desde los seis metros. La campeona de Europa alcanzó tres tantos de ventaja ante un rival que comenzó a temblar y a sentir la presión ante una España que repitió una gran segunda parte en defensa y que mejoró espectacularmente su rendimiento ofensivo. Aleix Gómez , que acabó con once tantos en su estadística, resultó decisivo para que la selección terminara asegurando la medalla ante una Dinamarca que se vio impotente ante la avalancha de los de Ribera.

España, en una lección de balonmano, disfrutó de su mayor ventaja, cuatro goles, a falta de tres minutos y acabó clasificándose para su cuarta final consecutiva en un Europeo, primera selección que lo consigue a lo largo de la historia. El próximo domingo, ante el vencedor del Francia-Suecia, tendrá la oportunidad de pelear por enlazar su tercer título continental seguido, un hito solo firmado por Suecia.

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