Triatlón
Gómez Noya: «Las cicatrices te hacen más fuerte»
El triatleta gallego vuelve a sonreír tras el mazazo que supuso quedarse fuera de los Juegos y confiesa en una entrevista en ABC que eso le ha servido para disfrutar al máximo de su deporte
Si uno se cruza por la calle con Javier Gómez Noya (Basilea, Suiza, 1983) podría confundirle con un tipo «normal», cuando en realidad no lo es. Su aspecto frágil esconde un cuerpo de atleta total. El mejor de la historia del triatlón, un deporte que crece a pasos agigantados en nuestro país. Nacido en Suiza por azares del destino , el gallego ha sabido levantarse una y otra vez ante las dificultades para dominar su deporte durante una década. Acostumbrado a derribar barreras, su ausencia de los Juegos por una caída le dejó muy tocado, aunque ya ha pasado página y así lo reconoce en un encuentro con ABC auspiciado por Bridgestone y encuadrado dentro de la campaña «Persigue tu Sueño, Supera los Obstáculos».
-¿Qué le queda de aquella tarde que le dejó fuera de Río 2016?
-Recuerdo perfectamente cómo ocurrió todo. Lo recuerdo como si fuera hoy mismo. Me caí y me levanté casi al lado de mi casa. Estaba ya llegando y, según me acercaba dolorido, vi que estaban esperándome para hacer un control antidopaje. Cumplí con el control ya con hielo en el codo, aunque entonces no pensaba que fuera tan grave. Creía que solo era un golpe. Pasé el control, que me llevó una hora, y luego me quedé en casa. Veía que el codo me seguía doliendo y que iba a más, así que decidí ir al hospital y ahí se confirmó que tenía una fractura. El peor diagnóstico que podía esperar. Entendí que los Juegos se habían acabado para mí. Fue un palo duro, lo pasé mal, pero estuve relativamente tranquilo. Me rodeé de mi gente y a los pocos días fue cuando ya lo vi todo más claro. Pasé página a los Juegos y me centré en las carreras que estaban por venir.
-¿Se acostumbra uno a las cicatrices?
-Sí, al final cualquiera tiene que pasar por malos momentos en su vida. Las cicatrices son inevitables y una vez que las superas te hacen más fuerte y más maduro. Te conviertes en alguien mejor. El día que te caes y te pierdes los Juegos lo ves todo muy negro, todo es negativo, pero cuando vuelves a la competición y ganas en Abu Dhabi en las Series Mundiales sientes una satisfacción enorme. Fue una victoria tremenda y no solo por la carrera.
«Al principio éramos cuatro locos que íbamos corriendo por la calle en bañador. No es que diera vergüenza, pero casi»
-¿Y de todas ellas, de todas las heridas y las cicatrices que ha pasado en su vida, cuál duele más?
-Evidentemente, perderme los Juegos de Río fue un golpe bastante importante, pero también lo fue cuando me retiraron la licencia y no podía competir. Entonces era más joven y me hizo mucho daño, pero desde aquel momento decidí sacar el lado positivo de cada situación. Todas, por muy malas que sean, siempre lo tienen.
-¿Y se puede trabajar ese espíritu de superación?
-Se puede trabajar, pero yo creo que es algo que te tiene que venir de serie. Si no estás motivado para seguir adelante, si no estás mentalizado para superar los obstáculos, no vas a llegar a la elite. No conozco a ningún gran deportista que no haya tenido problemas en su carrera. Además de ser muy bueno y de entrenar mucho, tienes que tener la capacidad para sobreponerte a las adversidades y eso es algo que el deportista de alto nivel tiene que tener claro.
-¿De dónde saca usted la fuerza para superar los problemas?
-Yo creo que es porque me gusta lo que hago. Me gusta mi estilo de vida y me gusta mucho mi deporte. Si no fuera bueno en triatlón, lo seguiría haciendo como aficionado. Simplemente, quiero seguir haciéndolo porque me gusta y soy feliz. A estas alturas tengo muchos títulos, he ganado muchas más carreras de las que podía imaginar y simplemente disfruto marcándome objetivos a corto plazo, ganando carreras. Eso me mantiene activo y me mantiene ilusionado.
«No necesito ser más famoso ni que me den palmaditas en la espalda. Tengo el cariño de la gente y con eso me vale»
-¿Entonces, ha dejado atrás eso de pensar a largo plazo?
-Sí, aunque nunca he sido de mirar muy lejos. Me gusta marcarme objetivos año a año. Ahora mismo, pensar en los Juegos de Tokio se me hace muy duro. No tiene sentido. Quiero cumplir etapas y disfrutar del camino. Este año quiero hacerlo lo mejor posible en el Campeonato del Mundo de Medio Ironman y en el Mundial de distancia olímpica y en eso me voy a centrar.
-¿Cómo de lejos ve los Juegos de 2020?
-Es una opción, desde luego. Los Juegos Olímpicos son un evento muy importante y ya he vivido esa experiencia y me gustaría volver a vivirla. Aún así, en mi deporte hay otras muchas cosas que me gustaría vivir y que quizá no tienen la repercusión mediática que tienen los Juegos, pero que a mí me motivan muchísimo. Me suponen un reto, como puede ser la larga distancia y ahí están, en el horizonte.
-Un poco como ha hecho Alonso con las 500 Millas, trasladando el foco del Mundial de F1 a una prueba que a él le hacía especial ilusión.
-Al final, cuando conoces mucho un deporte sabes lo que puede ser un reto para ti independientemente de lo que piense la gente. Desde fuera, tú quieres hacer lo que te atrae y te motiva. Lo bueno es que estoy en una situación en la que puedo elegir lo que quiero hacer y por dónde quiero que vaya mi carrera deportiva y lo que haga lo haré cien por cien motivado y convencido.
««Los Juegos de 2020 son una opción, pero en mi deporte hay otras cosas que me gustaría vivir y que motivan mucho y son un reto para mí»»
-¿Ha cambiado mucho el triatlón desde que empezó a practicarlo?
-Sí, ahora está de moda. Cuando yo empezaba éramos cuatro locos que andábamos por ahí, corriendo por la calle en bañador. Era una cosa un poco extraña. No es que te diera vergüenza, pero tampoco alardeabas de ser triatleta porque era algo muy raro. Hoy es todo lo contrario. La gente saca pecho por hacer triatlón. Es un deporte que ha crecido mucho, que tiene muchas más carreras y yo estoy encantado de ver ese crecimiento.
-¿Y le llega el reconocimiento?
-Sí, claro que llega, sobre todo de la gente. Ahora salgo por la calle a entrenar y me reconocen, me animan y me saludan. Tengo más atención de los medios, que se preocupan por informar de nuestro deporte y de lo que hacemos, y eso, en conjunto, refleja el crecimiento que está teniendo el triatlón.
-¿Debería estar a la altura de deportistas como Nadal o Gasol?
-Estoy seguro de que hay más gente que conoce a Gasol o Nadal que los que me conocen a mí por la repercusión que tienen. Estos deportistas de los que me hablas son grandes figuras a nivel mundial en deportes que son mucho más importantes que el triatlón. Pero yo me siento muy reconocido, tengo el cariño de la gente y he recibido premios muy importantes como el Princesa de Asturias, que elige una trayectoria entre todos los deportistas buenos que hay en el mundo. Cosas como esas me hacen sentir muy orgulloso y no necesito ser más famoso o salir más en los medios. Estoy encantado de mi situación, de lo que he conseguido y no aspiro ni a ser famoso, ni a que me den palmaditas en la espalda. Me basta con que valoren mi trabajo, que para mí es algo muy importante.
««Me gusta tocar la guitarra y estar con mi novia, pero pienso siempre en el triatlón. Y veo las carreras de mis rivales»
-Usted vive por y para el triatlón, ¿en qué piensa el poco rato que no está entrenando o compitiendo?
-Me gusta estar con mi gente y con mi novia. Me gusta tocar la guitarra y me encanta la música. La verdad es que tengo muchas aficiones y poco tiempo para cultivarlas. No me aburro en mi tiempo libre. Aún así, pienso en triatlón. Pienso en triatlón hasta cuando no estoy entrenando. Me gusta ver carreras de mis rivales. ¡Soy un loco de mi deporte! Lo reconozco, pero tengo también otras inquietudes e intento dedicarles tiempo cuando puedo.
-¿Qué música escucha entrenando?
Intento no entrenar con música, sobre todo en la bici es un peligro y está prohibido. Me gusta mucho el rock, en general, desde el de los 60 al más actual. No lo utilizo para entrenar, porque quiero estar concentrado al cien por cien en lo que hago y, además, en la carrera no puedes llevar música, pero me gusta mucho.
-¿Cree que es real el problema que hay con los automóviles o se ha creado una alarma social?
-No es ninguna alarma. Quizá ha tenido más repercusión ahora porque desafortunadamente le ha ocurrido a dos deportistas como Hayden o Scarponi y a varios aficionados en España, pero accidentes ha habido muchos, sigue habiéndolos y todos los que montamos en bici hemos tenido algún susto. Creo que es una cuestión de mentalizar a la gente, de educación vial, de que los conductores pongan los cinco sentidos en la carretera. Es el ciclista el que tiene todas las de perder en un accidente. Sea la culpa de quien sea, el único que no lleva carrocería es el ciclista y se puede hacer más daño.