Olimpismo

Entrenar sin objetivo

Cientos de deportistas se entrenan sin objetivo a la espera de que la desescalada permita la organización de competiciones

Reapertura del CAR de Sant Cugat EP
Emilio V. Escudero

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La rutina se repite cada día. Madrugón, entrenamiento, descanso y vuelta a empezar. Un ritmo regular, roto solo por la falta de objetivos a corto plazo. Porque una vez que la pandemia ha aflojado y se permite ya entrenar a los deportistas, estos echan de menos la adrenalina de la competición. Una meta que justifique su sacrificio diario. Varias federaciones trabajan ya para dotar a sus atletas de ese horizonte competitivo que, además de darles visibilidad, contribuye de manera decisiva a su mejora individual.

Son muchos los deportes que se preparan para su vuelta, buscando retomar la antigua normalidad, aunque instalados aún en los saltos de fase. De la lista de eventos cancelados, los responsables de cada disciplina tratan estos días de rescatar alguno de ellos. Nacionales, mítines, pruebas locales… todo vale con tal de mover de nuevo los engranajes. «Tenemos claro que, en cuanto las autoridades lo permitan, tenemos que generar actividad. Estamos trabajando en distintos formatos y opciones organizativas, cuya máxima prioridad es la protección de la salud de las personas», explica Raúl Chapado, presidente de la Federación Española de Atletismo (RFEA) . En su caso, el 15 de junio está previsto que desvelen el calendario diseñado para lo que resta de temporada, en el que se incluirá, como evento estrella, el campeonato de España absoluto. Para que se celebre de la mejor manera, en la RFEA contemplan tres opciones: llevarlo a una sede, al modo tradicional; dividirlo en varias ciudades y que en cada una haya un modalidad; o que se haga en una misma sede, pero en estadios diferentes. Soluciones imaginativas ante la incertidumbre que presenta el futuro más próximo. Para todos está siendo un ejercicio de imaginación , pues nada será igual que antes y, a la vez, todo tiene que continuar de una manera, al menos, similar.

El piragüismo, uno de los deportes llamados a ser protagonista en los Juegos, se afana ahora por acompasar esa preparación olímpica con los tiempos que corren. Por eso, en la federación (RFEP) trabajan ya para que, en cuanto se pueda, se lleven a cabo los selectivos nacionales que estaban previstos , así como pruebas de ránking por especialidades. «Será una especie de desescalada deportiva, pues se irá haciendo poco a poco y de menos a más, teniendo siempre en cuenta los límites que marquen las autoridades», explican en la RFEP, convencidos de acabar el verano disputando un campeonato de España por especialidades.

En el aire

Esa incertidumbre trastoca también a los deportistas, cuyos entrenamientos se suceden sin poder adaptar los tiempos. «Estamos frenando un poco la preparación, porque no sabemos cuándo vamos a volver. No hay fechas y no podemos apretar aún hasta que tengamos el calendario. El hecho de no tener un objetivo fijado afecta mentalmente, aunque no te des cuenta. Sin querer, cuando sabes dónde vas a competir, tu cabeza trabaja para ese campeonato y la planificación es más específica. Ahora no tienes ese ‘timing’ mental y la motivación no puede estar al cien por cien», señala a ABC Pablo Torrijos, plusmarquista de España de triple salto .

Hay otros países que van adelantados en ese sentido. Han fijado sus calendarios deportivos ya que parece complicado que en el corto plazo se puedan celebrar eventos internacionales. Sufren en ese sentido deportes cuya actividad profesional se desarrolla en distintos lugares del planeta, porque toca adaptar los protocolos a multitud de nacionalidades y eso lo trastoca todo. Es el caso del tenis, de las motos o la Fórmula 1, cuyos inicios se han programado, pero que aún están en el aire por la maraña de burocracia, cuarentenas y controles que deben atravesar. Como ellos, muchos otros menos conocidos, que sufrirán más lejos de la opulencia. El circuito de voley playa o la Diamond League de atletismo trabajan para encontrar la luz verde a su actividad mientras sus deportistas mantienen su preparación al máximo, soñando con esa nueva primera vez. «Todos tenemos muchas ganas de volver. No sé cuándo será la primera y supongo que será algo muy modesto como un control o una prueba local. Si tengo la opción de saltar aquí, en Valencia cerca de mi casa, pues me hace hasta ilusión. Competir como cuando era un chaval pues lo vería hasta con buenos ojos, porque significaría volver a los orígenes y acabar este ciclo extraño compitiendo. Sólo así valoras lo que has hecho y no vas a ciegas al ciclo siguiente. Luego, si hay un campeonato nacional y podemos hacerlo todos juntos, sería lo mejor. Lo más cercano a la antigua normalidad, que es lo que todos queremos». Las palabras de Torrijos reflejan el sentir de muchos otros atletas, expectantes estos días por ver cómo se abre ante ellos un horizonte competitivo distinto al esperado hace meses, pero que esperan con ilusión. Porque medir sus fuerzas y calibrar su valía es su principal anhelo estos días. La mejor prueba para que la pandemia vaya quedando atrás y se mire al futuro con optimismo.

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