GOLF
Las diez tradiciones de Augusta reconocibles a simple vista
El Masters es un torneo único, en parte porque conserva sus costumbres a rajatabla
El Masters es un torneo peculiar, basado en un ambiente único propiciado por sus múltiples tradiciones. Algunas de las que nos hacen posible reconocerlo entre varias imágenes de campeonatos de golf son las siguientes:
LA CHAQUETA VERDE: Sus socios tienen el honor de vestir una chaqueta verde con el escudo del club. Son un número muy limitado y sus nombres se mantienen en el anonimato, porque pertenecen a lo más granado de la vida social estadounidense. El presidente Eisenhower fue uno de ellos y actualmente Bill Gates y Condolezza Rice son sus caras más conocidas.
Además, de manera honorifica, los ganadores de cada edición obtienen una réplica de la codiciada prenda.
LA CENA INAUGURAL : Es tradición que el último campeón ofrezca una cena el martes del torneo al resto de ganadores. Esta costumbre la inició Ben Hogan en 1952 y desde entonces el anfitrión elige el menú ya paga la cuenta. La oferta gastronómica ha sido de lo más variada en estos años y va desde las hamburguesas con patatas que ofreció Tiger Woods hasta una merluza a la vasca de Chema Olazábal , que aún se recuerda en el National dos décadas después.
LOS PARES 3 : En los torneos del «Grand Slam» no se celebra un torneo Pro-Am el día previo, que sirve para que los jugadores practiquen el recorrido y algunos invitados tengan el placer de compartir sus enseñanzas. En Augusta, lo más parecido es el torneo de pares 3 que los miércoles disputan algunos de los participantes e ilustres invitados. Se trata de un ambiente festivo y relajado, muy distinto del que se respira luego en los días de torneo.
EL ÁRBOL : A la salida de la casa club en dirección a los hoyos se encuentra un enorme roble centenario que ha visto pasar toda la historia del golf en los últimos 80 años. Se trata del lugar de encuentro de aficionados, jugadores y periodistas, aunque la zona se encuentra vallada y su acceso está restringido.
EL GOLPE DE LOS CAMPEONES : Desde 1963, cuando Jack Hutchinson y Fred McLeod pegaron el primer golpe honorífico el jueves a primera hora, siempre es tradicional aplaudir a quiene tienen el privilegio de realizar esta acción. En la última década habían venido siendo los miembros del «Big Three» ( Arnold Palmer, Gary Player y Jack Nicklaus ), aunque este año el primero ya ha declinado la invitación por problemas de salud. El año próximo seguro que se incorpora Tom Watson , que se ha retirado este año de la prueba.
LOS CADDIES : Están obligados a vestir un mono de color blanco y a mantener la uniformidad. Cada uno porta un número en la pechera, que corresponde con el orden al que fueron llegando a recogerlo. Hasta 1959 eran todos empleados del club de raza negra y después de esa fecha se eliminó esa traba. Sin embargo, hasta 1983 era el propio club quien asignaba los asistentes a los jugadores. Esta fecha no es casual. Un año antes falleció uno de los fundadores del club, Clifford Roberts , que llevó una máxima toda su vida: “en el golf los jugadores son blancos y los caddies, negros”.
LAS PIZARRAS : A diferencia de lo que sucede en el resto de campeonatos, no hay chicos con carteles de resultados que acompañen a los partidos. Tampoco existen marcadores electrónicos o pizarras explicativas. Se siguen manteniendo unas enormes estructuras tradicionales en puntos estratégicos, lo que hace complicado el seguimiento de la acción en directo.
SIN CARRERAS NI GRITOS : En Augusta está prohibido correr, así como elevar el tono de golf. El único momento en el que hay más nerviosismo es cuando se abren las puertas cada mañana, pues los espectadores (llamados patronos) se tienen que apurar para llegar a sus lugares preferidos y plantar ahí una silla oficial (la compran en la tienda del club) en la que apuntan su nombre para reservar su sitio. Luego, tienen que evitar alterar la quietud reinante a riesgo de ser expulsados. Y conseguir las entradas no es nada sencillo, pues están más que agotadas y los derechos pasan de padres a hijos.
EL AMEN CORNER : Se trata de un rincón estratégico en el que habitualmente se decide el resultado del torneo. Es una esquina del campo compuesta por el «green» del hoyo 11, el par 3 del 12 y la salida del 13, de extrema dificultad por los remolinos de viento que allí se forman. El nombre viene del dicho de que si se sale con bien de ese tramo, hay que decir amén.
LAS FLORES : Si algo destaca en este campo es el verdor y la naturaleza en todo su esplendor. Todos los hoyos tienen nombres de plantas y las flores se cuidan con un tacto exquisito. En sus 150 hectáreas hay unas 80.000 plantas de más de trescientas variedades. Las más reconocibles son las azaleas, las buganvillas y las camelias, aunque el árbol por excelencia es el magnolio. La explicación de este gusto naturalista es que en su origen la finca la formaban numerosos viveros..
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