Mercado laboral
Deportistas sin miedo al futuro
Aumenta la tendencia del jugador con inquietudes, que piensa en el día de mañana mucho antes de la retirada

Hasta hace poco, llegar a la cúspide era el objetivo de cualquier deportista. El único. Nada importaba más allá de hacerse un hueco entre los mejores y acumular fama y dinero en unos años de vino y rosas que desembocaban en la mayoría de los casos en un abismo solucionado con mayor o menor pericia. Casi con una dosis de fortuna. El miedo a convertirse en un «juguete roto» y un entorno cada vez más profesional ha ido poco a poco cambiando la tendencia que ha llevado a los deportistas a pensar cada vez más pronto en su futuro, sin esperar a hacerlo cuando haya terminado su carrera.
Esa tendencia se ve reflejada en la Oficina de Atención al Deportista del Comité Olímpico Español (COE), que desde su creación en 2011 ha multiplicado sus inscripciones casi por dos, o en los sindicatos de jugadores, cuya gran preocupación en los últimos años ha estado encaminada a paliar esa incertidumbre creciente entre sus asociados. Un sistema de asesoramiento práctico, que hace una semana ha dado un paso más con la presentación del «Programa de Empleo para Deportistas» . Una ayuda más para contribuir a la inserción laboral de este colectivo mediante el desarrollo de iniciativas personalizables y estables enfocadas a su desarrollo profesional en el largo plazo.
El COE fue uno de los primeros que puso el foco en el «día de mañana», pero no es el único. «Una de nuestras prioridades es ofrecer a nuestros asociados las herramientas necesarias para formarse y pensar en el futuro mucho antes de que llegue el final de su carrera. Tomar decisiones con tiempo y sin un problema de liquidez acuciante es más saludable y suele dar mejores resultados», apunta Alfonso Reyes , presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP) y un ejemplo en este sentido. Internacional con la selección, con la que fue subcampeón de Europa en dos ocasiones, presume casi tanto de esas medallas como de su Ingeniería Superior de Caminos. Desde que aterrizó en la ABP, se ha afanado en multiplicar las opciones formativas para los asociados dentro de un deporte muy castigado por la crisis.
Algo parecido ha ocurrido también en el fútbol, donde la Asociación de Futbolistas (AFE) acumula ya casi un millón de euros anuales destinados a formación. 1.600 becas -un 80 por ciento más que hace cinco años- y charlas formativas en cada club son solo alguna de las acciones dedicadas a evitar que el día de mañana sea una pesadilla para sus deportistas. «Partimos de la base de que para un futbolista es difícil compaginar el día a día con la formación, pero aún así buscamos inculcarles esa necesidad. Ese estereotipo del futbolista sin inquietudes se está rompiendo», señala Jesús Díaz Peramos , secretario general de la AFE.
Pensiones vitalicias
Su organización es una de las más activas en la lucha por erradicar un problema que afecta a un gran número de futbolistas. Más allá de la formación y los planes de inserción laboral, en la AFE se trabaja en un revolucionario sistema de ahorro que daría a los jugadores una pensión tras la retirada . «Parte del porcentaje que nos corresponde por la venta colectiva de los derechos de televisión va a revertir en un plan de ahorro para nuestro colectivo», resume Peramos, que va más allá. «Queremos crear también un fondo de emergencia, para todos esos que lo necesiten, porque estas herramientas no siempre son efectivas».
Mientras en España se pone el foco en la formación, en Estados Unidos la situación es muy diferente. Allí proliferan las empresas de asesoramiento financiero, que se dedican a captar al jugador y crearle un plan de viabilidad vital, para que no tenga que preocuparse por nada. Es el caso de «ProAthlete» , que se ocupa de asesorar a sus clientes para que el día de mañana cuenten con un «sueldo» mensual que les permita vivir con holgura. «Nosotros le preguntamos al jugador cuánto quiere ganar al mes cuando esté retirado y en función de eso le presentamos un plan de viabilidad y le explicamos las inversiones que debería hacer para poder conseguirlo», relata Kiko Martín , su director de comunicación. Dos formas de entender el futuro, distintas, pero con un objetivo común. Crear deportistas sin miedo al futuro. Evitar los «juguetes rotos».
Noticias relacionadas