Polideportivo

El deporte pone cerco a los antivacunas

La NBA restringe todavía más los movimientos de los deportistas que no han recibido la dosis contra el Covid-19 y en Inglaterra los aficionados están obligados a presentar el pasaporte de vacunación

Partido de la Premier League EFE

S. D.

Las autoridades australianas fueron muy claras con la situación del Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada: para aterrizar en el país había que tener completa la dosis de la vacuna contra el coronavirus. Ya fueras médico, cartero o número 1 del mundo del tenis, como Novak Djokovic . Y ha tenido el serbio sus más y sus menos, a la espera de la decisión definitiva de la competición. Su línea argumental, al inicio de la pandemia, fue clara: no se vacunaría hasta que no se lo obligaran, y hasta se pensaría si jugar o no o viajar o no si tenía que vacunarse. Tampoco estaban por la labor Stefanos Tsitsipas o Alexander Zverev. Pero en los últimos meses la presión sobre los no vacunados en el deporte, y en la sociedad en general, se va haciendo mayor. Por el momento, el serbio aparece como inscrito en el Abierto de Australia , por lo que parece indicar que sí pasará, o ha pasado ya, por la vacuna.

En el mundo del fútbol, los clubes crearon políticas de protección de sus jugadores y de sus beneficios implementando normas por las que podían multar a un jugador que no quisiera vacunarse y que luego diera positivo o contagiara a los compañeros. El peligro de caer repercutía en el grupo y los equipos entendieron que había que tomar medidas. En el Bayern Múnich se acogieron a la reglamentación estatal alemana por la que una empresa de más de 10 empleados puede dejar de pagar el total de la nómina de un trabajador que no estando vacunado se contagia y, por eso, no puede ejercer su labor.

En Inglaterra no solo se cierra el cerco sobre los deportistas no vacunados, sino también sobre los aficionados, quienes son, realmente, los que alimentan de ilusión a los que están en el campo. La Premier League obliga ya desde este fin de semana a que los seguidores muestren su pasaporte de vacunación para entrar a los estadios . En Alemania incluso se ha llegado a cerrar de nuevo las puertas de los estadios para evitar la propagación de la variante Ómicron. El jugador del Manchester United Mo Salah hacía un llamamiento para la vacunación: «Los médicos han estado trabajando y estudiando durante años. Si yo digo que la vacuna está mal es como si cualquiera de la calle corrigiera mi forma de jugar al fútbol. Debemos confiar en lo que dicen los médicos y la Organización de la Salud».

Y en la NBA, donde a Kylie Irving le han quitado de su sueldo al no poder jugar ningún partido (en Nueva York no puedes entrar a un pabellón cerrado sin vacuna), todavía dan un paso más allá e impedirán la vuelta a Estados Unidos a todo jugador no vacunado que salga del país . Incluso si es jugar en la liga y tiene que trasladarse a la cancha de los Toronto Raptors en Canadá, que exige también vacunación completa para aterrizar en el país. Una medida que se pondrá en marcha desde el 15 de enero pero que ya este viernes se les exige a los equipos dar una lista de los jugadores no vacunados.

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