Polideportivo

Cuando el himno se convierte en un problema

El de Sainz con el himno franquista ha sido el último episodio, pero no el único en el que ganar y celebrar el éxito se ha convertido en un apuro

Gómez Angulo, presidente del CSD en 2003, pide a los jugadores de la Davis que no se retiren hasta que no suene el himno correcto ABC

S. D.

El rostro incrédulo de Carlos Sainz y Lucas Cruz , su copiloto, mientras escuchaban el himno tras ganar una prueba de raids en Arabia Saudí, ha protagonizado una de las anécdotas de la semana. Los dos deportistas tuvieron que aguantar el tipo mientras sonaba el himno nacional aderezado con la letra franquista diseñada por Pemán. Un sofoco para ambos , que no es el primero que ocurre a lo largo de la historia.

En el imaginario colectivo del deporte español está la final de la Copa Davis disputada ante Australia en su casa . En la presentación de los equipos, un trompetista había sido designado para interpretar los himnos nacionales. El problema fue que a la hora del turno de España el músico hizo sonar la música del himno de Riego, correspondiente a la Segunda República . Juan Antonio Gómez Angulo, presidente entonces del Consejo Superior de Deportes, reaccionó y pidió una rectificación. Por su trascendencia y el lugar del error, aquella escena sigue siendo muy recordada.

También el himno de Riego sonó en honor a Ander Mirambell en 2016 tras ganar una prueba de la Copa de América de Calgary. Aguantó como pudo el español, que vio cómo la organización rectificaba y procedía a poner el correcto.

En el caso de Lydia Valentín , campeona en el Mundial de 2017, el error fue incluso peor, pues en lugar de elegir una versión incorrecta, directamente le pusieron una música que no correspondía a nada conocido . El bochorno fue mayúsculo, pues mientras la haltera se tapaba el rostro con las manos, el resto de la delegación española gritaba que ese no era el himno, a la espera de una rectificación que finalmente llegó cuando quitaron el «hilo musical» y pusieron la Marcha Real .

Lydia Valentín no se podía creer lo que le estaba pasando en el podio

Si hay alguien que sabe bien lo que es vivir una situación kafkiana como esta ese es Alberto Contador , que lo padeció en dos ocasiones. La primera, en el podio del Tour en 2009, cuando en lugar del español sonó el himno de Dinamarca. Dos años después, en el Giro 2011, le ocurrió como a Sainz y Cruz, pues sonó la versión franquista con la letra cantada de Pemán.

También Carolina Marín , tras ganar el Mundial de bádminton de 2015, tuvo que hacer de tripas corazón al escuchar la letra franquista en el himno nacional. La cara de la onubense mientras sonaba la música era un poema.

Más extraño aún fue lo que le ocurrió a la selección de baloncesto en un duelo contra Brasil en 2014. Los de Orenga fueron «agasajados» con el himno de Portugal y respondieron con cierta sorna y risas.

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