Caso Blanca Fernández Ochoa
«Cualquier día desaparezco»
Un amigo suyo relató ayer que la medallista olímpica lo estaba pasando muy mal
Blanca Fernández Ochoa, últimas noticias en directo
Caso Blanca Fernández Ochoa: hallan pastillas y una botella de vino junto al cadáver de la deportista olímpica
«Me daba mucha pena. La verdad es que últimamente estaba fatal y no atravesaba un buen momento». Eso decía ayer un amigo suyo que participaba como voluntario en las tareas de búsqueda de la exesquiadora Blanca Fernández Ochoa . Dichas labores se interrumpieron bruscamente cuando saltó la noticia de que se había hallado un cadáver en avanzado estado de descomposición en las inmediaciones del Pico de la Peñota. Parecía el de una mujer. Todos pensaron en ella, aunque nadie lo confirmó de forma oficial. Cautos, se remitían al examen forense.
«Ella era una deportista nata. Vivía por y para el deporte: entrenaba, estaba en forma, caminaba mucho... No sabía hacer otra cosa. Eso era su vida. Por eso no se había formado ni tenía estudios para realizar otra actividad, ni había emprendido negocio alguno... Su situación económica no era buena, al contrario, y, lo que es más importante, ella no se sentía ni valorada ni reconocida por sus méritos deportivos». Así lo subrayó este amigo que reconoce que ella se lo relató con total claridad.
De hecho, Blanca vendió la casa de Las Rozas en la que había vivido y se trasladó a vivir con su hermana pequeña Lola y el marido de esta, Adrián Federighi , portavoz de la familia.
«Le ofrecieron ser guía de montaña en Las Rozas o puestos de este tipo; pienso que ella se merecía algo mejor: un cargo en un organismo deportivo como el Consejo Superior de Deportes o de asesora (lo fue en su día). Fue una pionera en todo y ninguna mujer, solo ella, ha logrado una medalla en unos Juegos Olímpicos de Invierno. Hizo historia y ha hecho historia, como su hermano Paquito, pero qué final más triste».
Este hombre de 58 años, que relata que la conoce desde hace 40 años cuando compartieron colegio, rememora que una de las últimas ocasione que habló con ella para tomar algo, Blanca le dijo: «Cualquier día desaparezco. Es una forma de hablar, todos lo decimos alguna vez cuando no estamos bien. Yo el primero. Ahora lo pienso a toro pasado. Ella era una persona fuerte, mucho y siempre con una sonrisa en el rostro. A ver si se aclara pronto lo que le ha podido suceder».
Diagnosticada de trastorno bipolar desde que era niña, ha estado en tratamiento gran parte de su vida, tal y como reconoció el portavoz de la familia. No obstante, desmintió que estuviera pasando una mala racha. Sin embargo, la muerte de su hermano, el mayor de todos y su alma gemela, y su segundo y traumático divorcio del padre de sus dos hijos hicieron mella en ella.
«¿Quien no ha pasado un mal momento? Todos tenemos ya una edad y hemos atravesado subidas y bajadas, pero desde luego, esto ha sido un golpe muy duro», indicaba su amigo, incrédulo.
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