Comienzo discreto de los españoles ante el ataque de Walker
García (+1) y Cabrera (+2) acabaron lejos del estadounidense (-5), que sorprendió a todos
La temporada de Rafa Cabrera está siendo espectacular hasta el momento. Ha conseguido meterse entre los treinta mejores del mundo de una manera constante (ahora mismo ocupa el puesto 27 del ranking) y su presencia en los torneos importantes se la ha ido ganando por méritos propios. De ahí que vaya a ser uno de los dos golfistas que representen a España en los Juegos Olímpicos .
Sin embargo, el siguiente objetivo que se había marcado el de Las Palmas era entrar en el equipo europeo de la próxima Ryder Cup . Es cierto que lo tiene muy bien para entrar por puntos (él está convencido de que estará a final de septiembre en Minnesota ), pero su presencia aún no está garantizada matemáticamente. Y eso, con un capitán poco innovador como Darren Clarke, poco dado a contar con novatos, es un problema. Si Cabrera no entra por puestos, parece difícil que lo vaya a seleccionar a dedo, habiendo nombres más expertos como los de Lee Westwood, Luke Donald o Graeme McDowell esperando esa llamada.
De ahí que hacerlo bien en los torneos grandes, en los que hay muchos puntos que ganar, sea tan importante para sus metas. Pero, a tenor de lo sucedido ayer en Baltusrol, va a tener que sufrir de lo lindo para conseguirlo . De entrada, tiene que superar el corte y completar el fin de semana, lo que se antoja difícil a no ser que cambie mucho su actuación en la tarde de hoy.
Abrumado por el calor que está haciendo en las cercanías de Manhattan, igual que el resto de los participantes en este PGA del Centenario, el español tuvo que lidiar con un campo que se fue endureciendo por momentos, a medida que los grados de más iban haciendo efecto en la hierba. Además, la preparación de este mítico recorrido consistía en un «rough» espeso y duro, lo que no perdonaba a quienes se salían de la ruta ideal. Para colmo, comenzó su vuelta por el hoyo 10, lo que no le dio margen para remontar en el momento final , ya que los agujeros más complicados son los primeros.
Cabrera los alcanzó con ventaja en el marcador (-1), pero a partir de ahí comenzaron sus problemas. Firmó «bogeys» en el 1, el 5 y el 7 y terminó con un más dos que le deja al borde del abismo . Y lo peor fueron las malas sensaciones que transmitió, pues se mostró más fallón de lo habitual desde las salidas, lo que hizo que luego no pudiera brillar en los tiros a bandera. Lógicamente, su acierto con el palo corto tampoco estuvo a la altura.
Las chicas, bien en el Open
El último de los Abiertos Británicos que faltaba por disputarse, el femenino, comenzó ayer en Inglaterra con una nota habitual: el dominio de una golfista asiática. En este caso fue la coreana Mirim Lee (-10) la que tomó la delantera, con la «Armada Española» bien situada a su estela. Azahara Muñoz (-4) y Beatriz Recari y María Parra (-3) también brillaron y aspiran a su primer «major».