La Cibeles, blindada por la policía, se queda sola en la celebración más atípica del madridismo
El civismo de la afición del Real Madrid sumado a un pertinaz dispositivo policial evitaron las celebraciones multitudinarias en el lugar de encuentro de la afición blanca
El Real Madrid ha conseguido su 34º Liga. Quizá la Liga más extraña de los últimos tiempos. La de las mascarillas , la de los estadios vacíos, la de las pausas de hidratación y la de los cinco cambios. Los hombre de Zidane fueron los mejores sobre todo después del parón y en la trigesimoséptima jornada se les presentó la primera oportunidad de certificar el título. Tanto el club como el Ayuntamiento de la capital pidieron a los aficionados no acudir, como es tradición para celebrar los éxitos del equipo, a la fuente de Cibeles. El civismo de la afición del Real Madrid sumado a un pertinaz dispositivo policial evitaron las aglomeraciones. La celebración, como tantas otras cosas en estos meses, quedó en los hogares y los balcones, y los que se acercaron a Cibeles a ondear orgullosos la bandera del club blanco lo hicieron desde el coche.