Rally Dakar
Carlos Sainz-Peterhansel, duelo de leones en el Dakar
Segundo en la general, el español ataca al francés sin descanso, con valentía, en busca de la gesta, y espera que Peugeot no le frene
Desde que Carlos Sainz debutó en el Dakar en 2006, el rally cambió . El español inyectó al raid la velocidad del Mundial que ganó con Toyota en 1990 y 1992. Ha sido su norma durante estos doce años, tanto en África como en América del Sur. Es la ley del talión que aplica actualmente en la carrera. La que mantiene en tensión a Peterhansel y al equipo Peugeot desde hace dos días , cuando el madrileño encabezó un ataque total sobre el francés que piensa continuar hasta ganar el rally o morir en el intento. El anhelo de proeza está asegurado. Y los jefes de la marca francesa, que barren para casa (Peterhansel) temen la valentía de «Carlos».
Sainz es el más rápido y piensa hacer la proeza o morir en el intento, pero no cederá ante el francés
Campeón del Dakar en América en 2010, el madrileño se encuentra a 27 minutos y 10 segundos del león del desierto, pero en la última etapa, finalizada en La Paz, robó más de cuatro minutos al favorito de Peugeot . Su ataque es diario, en cada tramo de especial, sin descanso. Y da miedo a sus jefes, pues llevamos seis etapas y quedan ocho por disputar.
Teme «órdenes de equipo»
Fue observar la progresión de Sainz y el jefe de competición de la escudería gala, Bruno Famin, salió a frenar al español con el supuesto peligro de perder el rally por un duelo entre ellos, aunque los tres Toyotas que les persiguen en la clasificación general se encuentren situados a una hora y veinte minutos de diferencia.
Madridista de corazón, su otra pasión, Sainz se teme que Peugeot aplique las órdenes de equipo muy pronto, decisión que le impediría atacar para presionar el liderato del león del desierto . Le molestaría sobremanera, pues al campeón español nunca le han protegido con órdenes de equipo a su favor a lo largo de su carrera. Siempre atacó y nunca las pidió.
Al-Attiyah le golpeó en 2010
«Carlos», el único piloto no francés de la escudería Peugeot, recuerda demasiado bien cómo su «compañero» y sin embargo eterno enemigo, el qatarí Nasser Al-Attiyah, nada deportivo, le golpeó su Volkswagen en 2010 al adelantarle en un tramo de dunas. Los dos eran pilotos de la marca alemana y el árabe nunca admitió órdenes superiores. Sainz se adjudicó el Dakar sin ayuda de nadie y contra todos, empezando por su «colega».
El madrileño espera que no sea Peterhansel quien pida órdenes de equipo. Sería deplorable, pues el francés no las respetó en 2014, cuando Nani Roma era líder del Dakar y atacó al catalán en las últimas etapas. Roma conquistó finalmente el raid, a pesar de tener el enemigo en casa.
La organización del rally disfruta con el duelo mediático de dos campeones históricos. Hoy y mañana abordarán dos etapas maratón, a Uyuni y Tupiza, con 923 kilómetros cronometrados en total. Sainz atacará a Peterhansel sobre dunas blancas que reinan con su luz a 3.500 metros de altitud. Si le dejan.
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