Golf

Campeones entre aprendices

Vijay Singh, exnúmero uno mundial de golf, criticado por jugar un torneo de promoción

Vijay Singh EFE

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En los tiempos que corren, la sociedad suele anteponer la juventud a la experiencia. Cualquier persona que pierde su trabajo a partir de los cincuenta debe rezar para encontrar otro en el que le reconozcan sus años de dedicación y no dar con uno inferior en el que le descarten por «exceso de currículo» . La sobrecualificación se ha convertido en un problema y cada vez son menos los sectores en los que los que se valora el recorrido vital.

Aún quedan algunos reductos artísticos, taurinos o deportivos en los que la palabra «maestro» remarca su carácter primigenio y se venera a los que más saben. Sin embargo, en los últimos días ha saltado una polémica en Estados Unidos a raíz de la decisión de Vijay Singh , exnúmero uno mundial de golf, de participar en un torneo del Korn Ferry Tour (segunda división americana) como preparación para su vuelta a la competición. A Brady Schnell (913 del ranking), jugador de esa liga, le sentó muy mal que el fidjiano ocupara una plaza que podría ir destinada a alguien que necesita los puntos de cada semana para conservar sus derechos o ascender al PGA Tour.

Aunque el ofendido retiró los insultos de inmediato, el debate se ha trasladado al ámbito ético. Por normativa, Singh tiene derecho a participar en el torneo que quiera, ya que ha ganado más de veinte torneos (34, de ellos tres «majors») y tiene una exención de por vida; sin embargo, se le afea que con 75 millones de ingresos en su carrera busque ahora cien mil más destinados a otros compañeros.

«No entiendo la polémica porque Vijay no le está quitando el puesto a nadie», señala Gonzalo Fernández-Castaño . Para el madrileño, «gracias a su trayectoria se ha ganado el derecho a jugar dónde y cuándo quiera; y lo que debe hacer el resto es esforzarse como él para conseguir sus triunfos». El propio Castaño vivió en sus carnes una situación similar, pues siendo múltiple ganador del Circuito Europeo, participó algún lunes en el de Madrid. «Mi motivación era ayudar a la Federación, no quitarle el dinero a ningún compañero; pero lo que piensen los demás ya no lo puedo controlar», concluye.

También comparte la opinión favorable Samuel del Val , que estaba como primer reserva en el torneo de Sawgrass en cuestión y que ahora no sabe si finalmente entrará o no. «Aunque a mí me afecta personalmente, no le veo nada malo a su postura. Hay muchas categorías para jugar y él ocupa una de ellas, no es que se la quite a nadie en concreto» señala el vizcaíno, que añade un matiz nuevo sobre la mesa. «Creo que para el campeonato sería muy bueno que jugara porque eso le daría más repercusión y podrían sacar más rendimiento publicitario».

Modelos a seguir

Eso lo saben perfectamente en otros deportes, como en los Challenger de tenis. A menudo cuentan con top 50 mundiales en sus planteles (cuando quieren recuperar la forma tras una lesión) y donde, si se diera la ocasión, no desperdiciarían la ocasión de fichar a una estrella. «Si, por ejemplo, se me apuntara a El Espinar un antiguo número uno como Juan Carlos Ferrero serían todo un éxito -comenta Vivi Ruano , organizadora del evento segoviano- y seguro que ninguno protestaría. Sería una experiencia para ellos y un gran beneficio para el torneo».

Lejos de ser unos intrusos, la mayoría de las veces lo que hacen los expertos es elevar el nivel de una competición y promover la mejoría general. «Es habitual que pilotos de Fórmula 1 corran puntualmente en karting para recuperar sensaciones y los chavales no se lo ponen fácil, pues las carreras las gana el más rápido, no el que tiene más nombre», explica Pepe Martínez , periodista del motor. Aun así, hombres con superlicencia como Adrián Campos o Nicola Larini no dudaron en cambiar los monoplazas por los turismos para ser luego campeones nacionales.

El baloncesto y el fútbol también necesitan maestros. Carlos Cabezas (39), campeón del mundo, sigue en activo en Uruguay y reconoce: «Me recibieron muy bien, me respetan y tratan de imitarme. Me encanta poder dejar algo de mi experiencia en los más jóvenes y en quienes no tuvieron la oportunidad de llegar al nivel que jugué». Similar vivencia a la de Jesús García Sanjuán, que acabó su carrera Escocia después de ganar la Recopa con el Zaragoza. «Fui a un equipo muy joven, en formación y los veteranos ejercíamos de compañeros, a veces de entrenadores y hasta de profesores».

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