Alpinismo
Un brote de coronavirus amenaza el techo del mundo
Miembros de las expediciones presentes en el campo base del Everest hablan ya de la aparición de cuatro posibles contagios que pueden acabar con la temporada de primavera
En el campo base del Everest hay que llevar mascarilla y guardar la distancia social, pero se cuentan con los dedos de las manos las personas que cumplen esa norma. La mayoría de los sherpas y los alpinistas allí presentes (alrededor de un millar según los permisos expedidos) se fían del test PCR negativo que han dado antes y después de llegar a Nepal y se relajan con las medidas de seguridad.
Por eso no es extraño que en mitad de la masificación que vive estos días el campo base hayan aparecido varios casos de coronavirus. La pandemia no entiende de lugares. Un noruego, que fue trasladado a Katmandú por edema pulmonar, fue el primer positivo confirmado por Covid-19, lo que obligó a su equipo a guardar cuarentena en la falda del Everest.
Varios reportes, sin confirmación oficial, hablan de otros tres positivos entre los alpinistas que aspiran a conquistar la montaña más alta en las próximas semanas. De confirmarse, podría ser el principio del fin para la temporada de primavera en el Everest y un mazazo económico para Nepal , que tras la cancelación de la campaña de 2020 vería cómo sus ingresos por turismo vuelven a quedarse casi en cero.
Por ahora, las medidas de seguridad se han reforzado en el campo base , donde las mascarillas y la distancia social ha vuelto a aparecer. Todos los que tienen síntomas han quedado aislados y se tratará de evacuarlos si empeoran.
Más permisos y poco control
Después de lo ocurrido en 2019 y de las normas establecidas para controlar el flujo de personas en el Everest, se esperaba que 2021 fuera una temporada con menos alpinistas en el techo del mundo, pero no ha sido así. Si entonces el récord de permisos se fijó en 382, a día de hoy Nepal ha concedido ya alrededor de 350, cifra que podría incrementarse si no se confirma el brote de coronavirus.
Las mujeres han ganado peso en estos últimos tiempos y cada vez son más las que se animan a practicar este deporte de alto riesgo . De hecho, se habla de que ya una de cada cinco personas en el Everest son mujeres.