Golf – Abierto de Estados Unidos
Brooks Koepka, un ganador de altos y bajos vuelos
El campeón defensor repitió corona en Shinnecock Hills con 17 golpes más que en 2017
Los grandes torneos deben tener grandes campeones. Y qué mejor manera de calibrarlos que comprobar si se mueven con igual eficacia en condiciones favorables o contrarias. Cuando arrancó la edición 118 de Open USA el pasado jueves apenas había apuestas favorables al campeón defensor, Brooks Koepka. Con apenas un mes de competición a sus espaldas (se perdió el Masters de Augusta por una lesión de muñeca) y con la incógnita de su estado físico como lastre, casi todos los pronósticos se inclinaban hacia Dustin Johnson. Es el número uno mundial y venía de ganar en Menfis.
Además, el año pasado el de Florida se impuso en Erin Hills en unas condiciones ideales (el campo más fácil de lo que va de siglo) y con un resultado escandaloso (-16), lo que le hacía parecer el menos indicado para unas condiciones dantescas como las que se han vivido esta semana en Shinnecock Hills. Entre el viento, la lluvia y la rapidez de los greens, estaba claro que se iba a ganar sobre par y que no se iba a tratar tanto de hacer birdies como de saber evitar los bogeys.
Como si de un tenista ducho en tierra y hierba se tratara, Brooks se adaptó a la nueva situación y, sin hacer ruido en los días previos, ayer salió como líder y no dejó pasar la ocasión de lanzar un nuevo zarpazo al trofeo más difícil de la temporada. Firmó una tarjeta de 68 golpes y se quitó de encima a todos sus rivales para terminar ganando por uno a Tommy Fleetwood (+2), que con una tarjeta mágica de 63 (igualó el record más bajo de los majors) llegó hasta la segunda posición.
Pese a que la USGA cumplió su promesa de poner le campo más fácil que los días anteriores, finalmente nadie fue capaz de batirle. Se ganó con más uno y se da la circunstancia de que Koepka lo ha hecho dos años seguidos y con 17 golpes de diferencia entre ambos. Nadie defendía título con éxito desde Curtis Strange en 1989. Por su lado, el único español en liza, Rafa Cabrera, no pudo con la velocidad extrema de los tapetes y, con una cartulina de 73 (+13) terminó en el puesto 36.