Brady, Jordan, Federer, Ali... el olimpo del deporte se completa

La Super Bowl que conquistó ayer el quaterback con los Tampa Bay Buccaneers le permite definitivamente ser considerado como uno de los mejores deportistas de la historia

Tom Brady, tras ganar la Super Bowl ayer contra los Chiefs de Kansas City Reuters

Pablo Lodeiro

Si Tom Brady fuese una franquicia de la NFL, sería el equipo con más títulos en la historia. Un resumen contundente a una carrera que ayer se coronó de manera definitiva con su séptimo anillo en diez finales disputadas. Los Tampa Bay Buccaneers vencieron en la Super Bowl a los Kansas City Chiefs de manera dictatorial (31-9) y Brady, en su parcela habitual, dominó el partido de principio a fin sin titubeos, sin dar opción a su hipotético sucesor, Patrick Mahomes, que salvo a algún arreón, poco pudo hacer para evitar la derrota de su equipo. En la actualidad, hay un simbolismo importado desde Estados Unidos para referirse a los grandes deportistas de la historia. «The goat», cabra en inglés, unas siglas que encierran la siguiente frase: «The Greatest Of All Time», el mejor de todos los tiempos. Pocas dudas había de que el quaterback pertenecía a este exclusivo grupo antes de la final de ayer pero, sin lugar a dudas y a sus 43 años, Brady, está hoy entre los inmortales, las grandes leyendas del deporte que verán como su legado prevalece hasta el fin de los días.

Es una decisión difícil señalar con el dedo a los mejores, pues bufandas y nacionalidades intervienen con regularidad en este debate, también porque hay muchos deportes en los que varias cabezas entran en la corona. Sin embargo, hay una serie de nombres ineludibles. Michael Jordan, con seis anillos de la NBA , todos en los Chicago Bulls, es uno de ellos. Pocos dudan de la grandeza del escolta, que además de proporcionar un baloncesto sin precedentes, encandiló a las masas con una gran historia: ganar, retirarse y volver para triunfar de nuevo. Reducir su nombre a los más de 32.000 puntos anotados en su carrera sería una blasfemia. Jordan, que incluso décadas después de su marcha definitiva en 2003 sigue presente en el mundo (el documental del año pasado The Last Dance devolvió su figura al escenario), posee, como todos los integrantes de este grupo, algo intangible, ese gen y ese carácter que sacrifica todo lo demás para no tener rival. «Me lo tomé como algo personal», que solía decir.

Si Jordan tenía cara de enemigo, Roger Federer , todo lo contrario. La finura y la estética personificada, tanto sobre la pista como fuera de ella. Una danza constante la del suizo que le ha hecho levantar 20 títulos de Grand Slam (solo Nadal ha hecho algo semejante): seis en Australia, uno en Roland Garros, ocho en Wimbledon y cinco en Estados Unidos. Además, es el tenista que más tiempo ha estado como número uno del ranking ATP: 310 semanas, 237 de forma consecutiva. A sus 39 años y con dos operaciones de rodilla en 2020, Federer será una de las grandes ausencias del Open de Australia que se disputa estos días en el país oceánico, aunque se intuye que el tenista intentará adornar su ocaso con un último gran título esta temporada.

Símbolo deportivo y social

Muhammad Ali es otro de los deportistas que no permiten omisión, tanto por su determinación como por su carácter en el ring y fuera de él, una figura que sobrepasó los límites del deporte y se convirtió en un símbolo, sobre todo para la comunidad negra de Estados Unidos, que en la década de los 60 aún sufría segregación racial en muchas ciudades. Épicos fueron sus combates contra Joe Frazier, con una victoria para cada uno en los dos primeros enfrentamientos. Una rivalidad definida por el «Thrilla in Manila» , el tercero y último, en el que Ali salió campeón definitivo un uno de octubre de 1975. Pese a su a veces excesiva palabrería, el boxeador era un deportista de élite ante todo. Según las crónicas de aquellos años, siempre llevaba una botella de agua con ajo dentro, para regular su ritmo cardíaco. Fue dos veces campeón del mundo de los pesos pesados, mientras que obtuvo 56 victorias y solo cinco derrotas.

La lista es infinita. Ayer, la televisión estadounidense incluía junto a Tom Brady y Michael Jordan a Leo Messi y a Wayne Gretzky , el referente histórico del hockey sobre hielo. Futbolistas hay tantos como uno quiera nombrar, pues Cristiano, Maradona, Cruyff, Di Stéfano y Pelé nunca caerán en el olvido. Como Usain Bolt y sus diabluras olímpicas, Michael Phelps y sus 29 medallas, Eddy Merckx en el Tour de Fancia o Tiger Woods y su renacer en Augusta. Un club inabarcable pero perenne al fin y al cabo.

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