Super Bowl 2017

Tom Brady, contra su propia leyenda

Los sorprendentes Falcons tratarán de aguar la fiesta al mariscal de los Patriots

JAVIER ANSORENA

¿Es posible hablar de la Super Bowl sin poner toda la atención en Tom Brady ? Es el «quarterback» -o mariscal de campo- de los New England Patriots, el equipo favorito para ganar la 51ª edición de la finalísima del fútbol americano , deportista odiado e idolatrado a partes iguales, coleccionista de récords y marido de la supermodelo brasileña Giselle Bündchen.

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Quizá sí. Buena parte de la suerte del partido, por ejemplo, puede depender de que a su homólogo en los Atlanta Falcons, Matt Ryan , no se le agote el tarro de las esencias que ha abierto en los playoffs de esta temporada. En los dos partidos anteriores de eliminatoria directa, ha conectado siete pases de «touchdown» -conversión- y no le han interceptado ningún envío (una de las peores cosas que puede sucederle a un «quarterback» ya que deja a su equipo vendido). Además, Ryan cierra la liga con los mejores números de pases de toda la liga de fútbol americano (NFL), con 9,26 yardas por cada intento de pase, por encima de las 8,23 yardas de Brady.

La mejor marca

Ryan va derecho a ser el MVP de esta temporada en la NFL -lo tendría hecho si gana el partido de esta noche-, pero sería imperdonable no mencionar los números estratosféricos que también ha firmado Brady . Ha batido la mejor marca histórica de la liga en el ratio de «touchdown» e intercepciones (28-2).En un deporte tan dominado por la estadística y los logros individuales, no se puede obviar que Brady está hoy en la posición de hacer historia -todavía más- en la Super Bowl. Sin saber el resultado del partido, ostenta los récords de pases completados -164- y más pases de «touchdown» -13-, entre otros . Pero lo más importante es que si ganan los Patriots, Brady se convertirá en el primer «quarterback» en conseguir cinco títulos -ahora está empatado con los míticos Joe Montana y Terry Bradshaw - y se unirá a Charles Haley como los únicos jugadores con repóquer de Super Bowl.

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Por si esto no es suficiente, esta temporada todavía daba sus últimos coletazos el escándalo de «Deflategate» , en el que los Patriots desinflaron las pelotas que utilizó Brady en el decisivo partido de final de conferencia de la temporada de 2014. Una pelota con algo menos de presión es más fácil de agarrar y controlar para un mariscal de campo y un informe de la NFL concluyó que Brady estaba posiblemente al corriente del desinflado intencionado. Después de varios recursos, Brady aceptó cumplir cuatro partidos de suspensión esta temporada.

La campanada

Quizá toda esa atención puesta en Brady beneficia a los Falcons, un equipo con el que casi nadie contaba a principio de temporada y que ha firmado una liga excepcional. Algunas casas de apuestas le colocaban en septiembre como el penúltimo equipo en posibilidades de ganar la Super Bowl (los pocos que confiaron en ellos están a punto de embolsarse mucho dinero si dan la campanada), pero han sorprendido por la efectividad de su ataque. Han firmado la séptima media más alta de la historia de la NFL en puntos por partido (33,8), apoyados en las carreras de Devonta Freeman y, sobre todo, Julio Jones . Este último está considerado el mejor recibidor de la liga y en la final de conferencia contra los Green Bay Packers batió un récord logrando recorrer 180 yardas y anotar dos ensayos.

En su contra, la falta de experiencia. Brady -otra vez él- acumula más apariciones en una Super Bowl que la plantilla entera de los Falcons (y eso que en la NFL las forman 53 jugadores). Quien sí conoce bien este tipo de partidos es el entrenador del equipo de Atlanta, Dan Quinn , que estuvo en la banda como coordinador defensivo de los Seattle Seahawks en las finales de 2014 y 2015. Pero nada comparable a su contrincante esta noche, Bill Bellichick , quizá el personaje más odiado de la NFL, que llega hoy a su séptima final, acompañado siempre por, ¿quién si no?, Tom Brady.

El show de Lady Gaga

Los Patriots es el equipo que menos puntos recibe de la NFL, pero será mucho más que un partido de ataque contra defensa. Los detalles, como la inspiración de Vic Beasley, un monstruo defensivo de los Falcons que amenaza con meter mucha presión a Brady, podrían inclinar la balanza.

Para la mayor parte de los estadounidenses, quien gane el partido será lo de menos. La Super Bowl, que se celebra en esta edición en Houston (Texas), es el mayor show televisivo del año y se espera que no defraude. El espectáculo del descanso lo protagonizará Lady Gaga y se prevé un despliegue monumental, después de haberse gastado un presupuesto récord. Las turbulencias que vive EE.UU. en los primeros compases de la presidencia de Donald Trump también se podrían notar: habrá que ver si Lady Gaga u otros artistas hacen guiños políticos, o si algún jugador firma un signo de protesta como el del quarterback Colin Kapernick -rodilla en el suelo durante el himno para condenar los abusos policiales a los negros- que revolucionó al país. Lo que sí se sabe es que el presidente irá con los Patriots . Trump es amigo de, sí, en efecto, Tom Brady.

Tom Brady, contra su propia leyenda

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