Becca Meyers, nadadora sordo-ciega, renuncia a los Juegos al no poder viajar con su asistente personal

Las medidas estrictas para evitar los contagios y la propagación del coronavirus en los Juegos de Tokio han supuesto más de una renuncia. Para los deportistas olímpicos y también para los paralímpicos, como para Becca Meyers , nadadora sordo-ciega.

La estadounidense, seis veces medallista (tres oros, dos platas y un bronce) entre los Juegos de Londres 2012 y Río 2016, anunció su baja y su protesta por no poder viajar con la persona que le asiste en el deporte y en la vida, en este caso su madre. «El Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (USOPC) me ha denegado el alojamiento para mi Asistente Personal (PCA, en sus siglas en inglés) en el que confío repitiéndome que ya hay un Asistente en el equipo para ayudar a 33 miembros de la delegación, 9 de ellos ciegos. El USOPC me había aprobado tener a mi Asistente personal en todas las competiciones desde 2017, pero esta vez es diferente. Con el coronavirus, hay nuevas medidas que restringen la asistencia de personal no esencial, y estoy de acuerdo con eso, pero mi Asistente personal es esencial para mí para competir », compartió la nadadora en sus redes sociales.

La nadadora, que nació con el síndrome de Usher, que le provocó una sordera de nacimiento y una progresiva pérdida de visión, lanzó una pregunta como protesta por esta medida por la que ha renunciado a defender a Estados Unidos en los Juegos de Tokio: « ¿por qué en 2021 tengo que seguir peleando por mis derechos como persona con discapacidad? Hablo para que las futuras generaciones de atletas paralímpicos no tengan que pasar por la dolorosa experiencia que he tenido que vivir yo. Ya está bien».