Polideportivo

Arabia se queda con el deporte mundial a golpe de talonario

El Dakar, la Supercopa y el Saudí Tour, citas superiores del invierno deportivo

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El dilema ético se ha resuelto en todos los casos a favor de su majestad el euro. El reino ultraconservador de Arabia Saudí, un destino que hiere sensibilidades y confronta opiniones por su percepción de los derechos humanos, ha elevado la puja de la inversión en el deporte para edulcorar su imagen internacional. Puede suponer una apertura social, dicen unos. Es un ultraje al civismo, dicen otros. En la duda y la controversia que genera su régimen político, se ha impuesto el dinero. Arabia Saudí, coinciden los protagonistas del mercado deportivo, paga más que nadie. Tal poderío muestra su músculo financiero que en enero y febrero, el país árabe concitará algunos certámenes deportivos de primer orden mundial. El Dakar de estreno en su desierto, con el debut de Fernando Alonso; la Supercopa de fútbol, con el Barcelona, el Real Madrid, el Atlético y el Valencia en pos de un título. Y el nuevo Saudí Tour, inspirado por ASO, la empresa propietaria del Tour de Francia.

En todos los casos triunfa la máxima preferida de Bernie Ecclestone, el antiguo supremo de la Fórmula 1, quien visionario como era, llevó su negocio a los países del Golfo Pérsico antes que nadie. «El sexo y el dinero mueven el mundo», le gustaba decir al octogenario magnate, hoy jubilado de la F1.

Derechos humanos

Un tribunal saudí ha condenado esta semana a 38 personas por terrorismo, y podrían correr la misma suerte que los 37 decapitados el pasado abril. La agencia de seguridad de Arabia publicó y posteriormente eliminó un vídeo oficial en el que enmarcaba el feminismo, la homosexualidad y el ateísmo como «ideas extremistas» que pueden ser castigadas con penas de prisión o latigazos, según han denunciado organizaciones como Amnistía Internacional.

La capital Riad emitió recientemente visados de turista en un país que hasta entonces solo estaba abierto a empresarios y peregrinos que visitaban las ciudades santas de La Meca y Medina. El año pasado, las autoridades permitieron conducir a las mujeres. Pero ellas siguen bajo la estrecha supervisión de un «tutor masculino», en su vida diaria o para casarse. Son preceptos que chocan con la visión occidental, pero no con su percepción sobre el dinero.

El reino de Salmán bin Abdulaziz pagará 40 millones por cada uno de los cinco años que acogerá la Supercopa de fútbol española. Abonará unos 13 millones a la empresa Amaury Sport Organisation (ASO) por recibir al Dakar itinerante. Y no ha trascendido la cifra que pondrá en los mismos bolsillos de ASO por celebrar en los alrededores de Riad el primer Saudí Tour a principios de febrero. Parece claro que la nación árabe ha encontrado en el deporte el mejor instrumento para ofrecer una cara amable.

ABC se puso en contacto con fuentes de tres deportes tan diversos como el automovilismo, el fútbol y el ciclismo. En el motor ni siquiera se plantean una disyuntiva moral. Su financiación proviene de los patrocinadores, los gobiernos o cualquier fuente de ingresos capaz de sufragar un deporte caro y poco propenso a debates éticos. En el fútbol se asume que, en la ley de oferta y demanda del mercado planetario, Arabia Saudí paga más que nadie. Y en el ciclismo, cuya supervivencia depende siempre de un mecenas, se admite como vital la aportación de los países árabes. Hay dos equipos ciclistas, Bahréin y Emiratos Árabes , en la primera división que compiten con presupuestos superiores al Movistar. Y se celebran o se han celebrado carreras de nueva creación en Omán, Emiratos y Qatar.

El rally Dakar estaba amortizado para ASO en Sudamérica. Era un negocio que se estaba diluyendo, cuentan fuentes conocedoras de la materia. Argentina había declinado el tránsito por su país de la carrera, Chile exponía dificultades para pasar por su territorio y la última edición se redujo a Perú. La marca Dakar buscó alternativas porque ceñir el rally a Perú le parecía muy pobre, y surgió Arabia Saudí . Por 13 millones al año se ha llevado la célebre cita a su desierto del 5 al 17 de enero.

Ir o no ir

La Federación Española de Fútbol se grapó a la oferta de los saudíes y aceptó el reto de ayudar a la infancia del país a mejorar su sociedad por medio del deporte. «Creemos en el fútbol como herramienta social y de cambio», dijo el presidente federativo, Luis Rubiales. La vicepresidenta de Integridad, Ana Muñoz , añadió a ABC: «Es reduccionista enfocar el tema de Arabia Saudí como un sí o un no. Hay que analizar qué supone ir o no ir. Si dices no a Arabia por la vulneración de los derechos humanos, niegas la posibilidad de transformar la sociedad a través del deporte. Y si dices sí, es muy fácil enjuiciar que eres colaboracionista con el régimen. Hay que valorar todos los elementos».

El acuerdo de ASO con Arabia por el Saudí Tour de ciclismo tuvo lugar un mes después de que un juez obligase al organismo a respetar sus acuerdos con BeIN Sports por las retransmisiones de sus competiciones. Arabia vive un eterno enfrentamiento con Qatar por la influencia del gigante de la televisión Al Jazeera , con sede en Doha. En el Tour saudí, a los 18 equipos de primera división les pagan un fijo por acudir con sus figuras, más toda la infraestructura logística y hotelera y los billetes de avión de todos sus integrantes.

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