Álvaro Abellán, una lucha para frenar a la fibrosis quística a través del deporte
El joven murciano de 25 años, que aconseja y motiva a otros pacientes en su misma situación a través de su proyecto digital, trata de dar a conocer esta enfermedad rara, crónica y degenerativa de la que todavía hay «desconocimiento»
Que los golpes más duros son los que da la vida es un dicho tan manido como verdadero. Existen situaciones trágicas que rozan el surrealismo y son realmente injustas. Y, ante este escenario, hay dos opciones: resignarse o luchar. La última es la que ha escogido Álvaro Abellán , un joven murciano de 25 años que sufre fibrosis quística , una enfermedad hereditaria de las consideradas raras, crónica y degenerativa, que afecta a la capacidad pulmonar y digestiva de quien la padece debido a un funcionamiento deficiente de las glándulas exocrinas. Un maligno enemigo que derrotó hace años a Miguel Ángel, hermano de Álvaro, pero que le ha servido para armarse de valor, «coraje y rabia» para, a través del deporte, lograr frenar lo máximo posible sus efectos y llevar una vida «normal» .
Debido a que la fibrosis quística es una enfermedad congénita, el diagnóstico fue muy precoz mediante un test de sudor ya que «es una característica típica el alto contenido sal en la exudación». Esto no impidió que los padres de Álvaro le inculcaran el deporte desde bien pequeño y se aventurara a jugar al fútbol en equipos federados. «Cuando vi que este deporte no me iba a llevar a una carrera profesional lo tuve que dejar de lado y centrarme en otros deportes como la bicicleta, el pádel, el motocross o el gimnasio de musculación», relata a ABC. Consciente desde el principio de la gravedad de su enfermedad, intentar paliarla siempre ha sido su objetivo, aún con los obstáculos que vienen implícitos en ella. « Existen limitaciones (a la hora de practicar un deporte), pero creo que a la larga es muy beneficioso, ya no porque me mejore, sino porque me mantiene y haga que la enfermedad no avance tan rápido».
Lejos de resignarse a llevar una vida fuera de lo corriente, el joven ha llegado a la Universidad para cursar sus estudios de Márketing. No obstante, cada nuevo amanecer es una reminiscencia de que el adversario está ahí, intentando derribar a una persona que no está dispuesta a entregar ni el más mínimo ápice de su cuerpo. «Todas las mañanas tengo que tomarme una antibiótico inhalado y también por la noche. En cada comida vitaminas, protector de estómago y enzimas pancreáticas para ayudar a digerir la comida ya que el páncreas lo tengo afectado. Pero intento hacer deporte mínimo cuatro veces a la semana, llegando hasta seis». Tras observar los enormes réditos que adquiría al practicar diferentes disciplinas deportivas, Álvaro, que dice tener «un control del cuerpo superior a otra persona y se informa de los hábitos saludables», ha decidido emprender en un proyecto para servir de ejemplo a otras personas que soportan en sus propias carnes esta afección. Así, ha creado una cuenta de Instagram ( @abesafitness ) donde ejerce de valiente consejero: «El objetivo es dar a conocer la enfermedad poniendo mi granito de arena y darle movimiento para que no sufran tanto los pacientes y sus familiares, que tengan algo de aliento y motivación».
Y es que en este tipo de enfermedades la sufren tanto el propio paciente como el entorno que le rodea, pero Álvaro no está dispuesto a tirar la toalla fácilmente, aunque sea por ver felices a sus progenitores. «Mi hermano lo afrontó quizá de manera más débil por decirlo de alguna manera y al ver que yo soy totalmente opuesto mis padres están encantados con ello. Yo les motivo a ellos. Soy el que se supone que tiene una esperanza de vida más corta y soy el que da la alegría en casa », desvela. Vivir el día a día y luchar a través del deporte es la filosofía con la que contrajo matrimonio hace ya años. Su fortaleza ante la adversidad es la que le ha permitido embarcarse en la ardua tarea de ser el hombro en el que otros se apoyen. «Me piden consejos y me preguntan», cuenta orgulloso. Son muchas las personas que se han beneficiado de este corajoso espartano. «Un día fue curioso que en un periódico de aquí de Murcia que se reparte en los hospitales, un matrimonio estaba en el hospital y a su hijo le acababan de diagnosticar fibrósis quística y vieron que en la portada salía yo, leyeron un poco el artículo y cuando vieron que la enfermedad que yo tenía no se lo creían porque me veían tan bien dentro de lo que cabe y se pusieron en contacton conmigo», asegura. «Yo respondo a todo el mundo que me habla o me pide consejos, creé la cuenta para animar a la gente y realmente es la gente la que me motiva y me anima a mí », se sincera.
Álvaro tiene en su mente escrito un futuro que desea con todas sus fuerzas cumplir. Formar una familia o tener un trabajo estable es algo de lo que este obstáculo no va a permitir que le prive. Es consciente de que todavía existe un «desconocimiento» de la enfermedad y propone una solución a este problema, partiendo desde las instituciones. «Sobre todo inversión en investigación de nuevos fármacos, actualmente hay varios en proceso que prometen, pero siempre es poco. Hay que invertir en esta en enfermedad y, por supuesto, en otras tantas». Mientras tanto, Álvaro seguirá levántandose a sus inhalaciones diarias, enfocado en el deporte para seguir aferrado al mundo. Dando bocanadas de supervivencia. Nada ni nadie podrá quitarle las ganas de vivir .