Golf
La alianza que salva al golf
Después de su temporada más difícil, los circuitos de ambos lados del Atlántico se alían para buscar nuevos horizontes profesionales. Los derechos televisivos son el nuevo maná en tiempos de pandemia
Después de años de complicadas relaciones, en las que se alternaban la enemistad, la colaboración o la indiferencia, ha tenido que ser la pandemia la que unifique el golf profesional del máximo nivel. La cancelación de torneos estuvo a punto de llevarse por delante el Circuito Europeo (si no cumplía con el número mínimo de pruebas firmadas, se vería penalizado en su contrato televisivo) y eso hizo recapacitar a sus dirigentes: más les valía ser cola de león que cabeza de ratón. De esta forma, se echaron en los brazos de su gran competidor, el Circuito Americano, para que les sacara de su delicada situación financiera.
Ambas entidades han sellado recientemente un acuerdo de colaboración por el que el PGA Tour se compromete a respetar las fechas de los grandes torneos del Viejo Continente, a promover la presencia de sus figuras en ellos y, lo que es más importante, a inyectar fondos a sus arcas a través de una participación en su productora audiovisual. En el fondo, esta es la clave del acuerdo, pues incluye también la transmisión de la Ryder Cup , un evento que hasta ahora estaba fuera del alcance del Tour al pertenecer sus derechos históricos a la PGA de América, el equivalente a la federación nacional.
Mejor juntos que separados
Ya nadie se acuerda de esos tiempos pretéritos en los que a los golfistas europeos no se les permitía jugar al otro lado del Atlántico o se les obligaba a disputar un mínimo de torneos para no ser expulsados. O a la contraprogramación de pruebas en las mismas fechas para disputarse patrocinadores y jugadores, en una lucha de poder en la que siempre quedaba perjudicada la misma parte: la del European Tour. En los últimos lustros, sin embargo, la labor comercial de estos últimos les llevó a abrir sus miras y a buscar nuevos mercados en zonas por descubrir, como Asia o el golfo pérsico, que a la postre resultaron un sostén fundamental para su economía.
Esos torneos de China, Malasia, Dubái o Arabia empezaron a ser objeto de deseo de sus competidores y, con este nuevo acuerdo, evitan fagocitarse a partir de ahora en luchas comerciales en otros países. Básicamente, el PGA Tour se centrará en los Estados Unidos y el European Tour tendrá una visión más global y de formación para los jugadores.
El aderezo que ayudó a cocinar todo el pastel fue la aparición, hace un año, de un grupo de inversión saudí que pretendía crear una Liga Mundial de golf. Aunque en principio la idea no caló entre las figuras, la abundancia de dinero y su posibilidad de crecimiento puso en jaque al PGA Tour. A estas alturas el European Tour ya no era un rival, pero no se sabía lo que podría pasar frente a unos petrodólares cada vez más volcados en el golf.
Con la unión América-Europa se acerca más la idea de un Circuito Mundial al estilo del que existe en el tenis, con competiciones a lo largo de todo el planeta, de distinto valor deportivo y económico, pero valederas para un único ranking internacional. De esta manera sería más fácil gestionar la búsqueda de los patrocinadores y negociar los derechos televisivos.
Las mujeres lo vieron antes
Este acuerdo entre los circuitos masculinos tuvo su precedente meses antes, cuando el LPGA y el LET sellaron un compromiso por el que las estadounidenses se comprometían a ayudar a sus colegas con un pacto de mecenazgo. En este caso, primaron más los valores de promoción del deporte femenino que las cuestiones crematísticas, pero gracias a este nuevo apoyo las europeas van a poder disputar una treintena de pruebas en 2021. Una cifra impensable hace apenas un lustro. El golf, como el ave Fénix, ha sabido renacer de sus cenizas.