Artes Marciales Mixtas

Alana McLaughlin, la luchadora trans desata la polémica tras la victoria en su debut

La estadounidense se estrenó en las MMA con un K.O. por estrangulamiento en el segundo asalto

Pocos combates de Artes Marciales Mixtas (MMA) habían provocado un revuelo similar, y casi una semana después la victoria de la luchadora trans Alana McLaughlin sigue generando ríos de polémica. McLaughlin, de 38 años y exmiembro de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos, derrotaba por estrangulamiento en el segundo asalto a la francesa Celine Provost , una de las pocas luchadoras de la serie internacional de MMA Global Combat que no había puesto objeciones a medirse a la americana.

La pelea devolvía a la actualidad el pasado de McLaughlin, su infancia de pobreza y abusos sexuales, su condición de veterano de guerra en Afganistán cuando aún era Ryan, y no Alana, y su proceso de reasignación hasta sentirse una mujer completa. También comenzaron a aparecer decenas de imágenes enfrentadas comparando el aspecto de Alana cuando aún no había iniciado su reasignación de género y el que tiene en la actualidad y una descomunal batalla dialéctica entre defensores y detractores.

Nacida en Carolina del Sur en una familia de granjeros, Alana se encontró siempre con la oposición de sus padres cuando intentaba explicarles su condición de mujer. El Ejército fue una escapatoria, pero allí rodeado «de los hombres más masculinos que había conocido nunca», según explicó en The Guardian, reafirmó sus intenciones. A la vuelta de Afganistán comenzó con el tratamiento, se instaló en Portland y se operó poco después de terminar un grado en Bellas Artes. A partir de entonces comenzó también a entrenar para convertirse en luchadora.

El combate se celebró porque McLaughlin superó todos los exámenes médicos que le pidieron y demostró que sus niveles de testosterona eran los adecuados. Ni la Comisión de Boxeo del Estado de Florida, ni los organizadores consideraron que se trataba de una pelea desigual.

Pese a todo, la imagen en la que el brazo de McLaughlin es elevado como vencedora provocó miles de reacciones en contra en las redes sociales. La propia luchadora tuvo que salir al paso ante la oleada de mensajes en contra suya: «Estoy recibiendo muchísimos mensajes desagradables en los que me llaman tramposa como si a mí no me hubiesen estado golpeando durante un asalto y medio. Deberían mostrar más respeto por mi rival, que se llevó el primer round en las tarjetas y que casi acaba conmigo en más de una ocasión».

Alana sabe que con 38 años tiene un futuro limitado en las MMA, pero su mayor reto es normalizar la presencia de las personas trans en cualquier tipo de deporte.

McLaughlin se convirtió en la segunda mujer trans en participar en una pelea oficial de MMA. La primera, Fallon Fox , peleó en seis ocasiones entre 2012 y 2014 también con mucha polémica, pues en su segundo combate rompió el cráneo de su oponente. La semana pasada acompañó a McLaughlin en su pelea y la vivió desde la primera fila de espectadores.

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