RUGBY - Seis Naciones

23-21: Francia entra en el purgatorio con un triunfo in extremis ante Italia

El nuevo estilo de «Les Bleus» no cuajó ante unos sorprendentes transalpinos

El francés Vakatawa intenta zafarse del italiano Gori AFP

MIGUEL ÁNGEL BARBERO

Francia superó el trago de empezar una nueva etapa desde abajo, pero el aprobado fue más que raspado (23-21). El tiro final del encuentro lo tuvo en sus botas el capitán rival, Parise , y si llega a colocar el oval entre palos, los ecos de la debacle tricolor todavía resonarían en Saint Dennis.

El partido inaugural del Seis Naciones 2016 era un arma de doble filo para Francia. Por un lado, comenzar ante la cenicienta del grupo, Italia , suponía la oportunidad de poner en práctica y consolidar sin mucho esferuzo las ideas del nuevo entrenador, Guy Noves ; por contra, no hacer un buen papel ante los transalpinos podría hacerles caer aún más en el abismo. Y estuvieron a punto.

El principal objetivo del técnico se cumplió a priori: el lleno del Estadio de Francia parisino ya auguraba que la reconciliación con su público estaba conseguida. Mas, a medida que fueron pasando los minutos, la preocupación comenzó a hacer mella en ellos. Italia, lejos de lo esperado, salió al campo con un desparpajo y seguridad inesperados. Trató de tú a tú a la selección continental más laureada y, por dos ocasiones (0-3 y 5-8) tomó la delantera en el marcador. Con un juego alegre y sin miedo y, con potencia en su delantera, metieron el miedo en el cuerpo a sus rivales cuando estuvieron a punto de irse al descanso con ventaja en el marcador. Pero el ensayo que intentaron los «azzurri» se quedó a un palmo de su objetivo.

El (10-8) que favorecía a los galos en el entretiempo era engañoso. Los ensayos de Vakatawa y Chouly quedaron pronto eclipsados cuando la inspiración de Cann a llevó el electrónico a (10-18) seis minutos después. En ese momento saltaron ya las alarmas locales y, pese a no producir más que acciones aisladas, no llegaron a venirse abajo y lograron remontar. Un ensayo de Bonneval y el cambio de pateador fueron cruciales para ello. El novato Bezi había fallado tres intentos y cuando Plisson tomó el mando todo cambió.

Los franceses recuperaron el orgullo (20-18) a doce minutos para el final y, pese a la postrera reacción italiana que estuvo a punto de sorprenderles (23-21) , se llevaron un partido que necesitaban, pero que deja muchas dudas sobre su futuro.

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